Sevilla

Adolfo Arenas : «Ya no somos sólo ‘sacapasos' y hemos tomado conciencia de ello»

Único candidato, se presenta a su reelección al frente de la institución cofradiera el próximo 27 de este mes

Adolfo Arenas : «Ya no somos sólo ‘sacapasos' y hemos tomado conciencia de ello»
Adolfo Arenas : «Ya no somos sólo ‘sacapasos' y hemos tomado conciencia de ello»larazon

SEVILLA- Tras cuatro años al frente de la institución cofradiera vuelve a presentarse a los comicios para repetir un nuevo ciclo con el principal objetivo de aprobar los nuevos estatutos del Consejo y pilotar su aplicación. Adolfo Arenas (Sevilla, 1943) llega esta vez a la cita electoral en solitario tras no consolidar su proyecto Rafael Medina.

–¿Adolfo Arenas por qué se presenta de nuevo como presidente del Consejo?
–En primer lugar porque creo que me quedan muchas cosas por hacer y por consolidar. Para mí lo que ha sido un auténtico sueño durante estos últimos cuatro años ha sido la preparación de los estatutos. Prácticamente están terminados y se tratará de aprobarlos en una asamblea que espero que se desarrolle a finales de septiembre como muy tarde.
–A parte de los estatutos se presentará por otras cosas.
–Todo el que está en el mundo de las hermandades sabe que se busca la perfección. Eso es muy difícil, pero nos hace falta todavía mucho en formación, coherencia, solidaridad entre nosotros o nuevos mecanismos para mejorar los terrenos de la caridad. Permítame que le diga una cosa. Pese a su dureza, la crisis nos está viniendo muy bien a todos. Ya no somos sólo «sacapasos» y hemos tomado conciencia de ello.
–Supongo que también tendrá en el punto de mira rematar el asunto de San Hermenegildo.
–Desde luego, que sí. Se trata de un edificio con una historia que tiene un gran patrimonio que debe ser mantenido. A ello se une la falta de espacio de la sede actual. Eso lo tenemos claro, pero vamos a trabajar para que si ahora no es el momento de romper una lanza allí tengamos esa lanza para poder utilizarla cuando nos venga bien.
–¿Está satisfecho de la relación que ha tenido con los hermanos mayores?
–Ha sido muy buena, personalmente, aunque sí alguien se ha sentido ofendido por mí le pido disculpas.
–¿Se ha sentido alguna vez traicionado en estos cuatro años?
–Algunas veces se puede uno sentir defraudado, pero eso es una situación provisional o interina, que sólo necesita que al día siguiente pase al olvido sin más. Pobre de aquel que no sepa olvidar.
–El hermano mayor de la Misión me dijo que sólo le falta cortar la avenida de la Palmera para que le hagan caso. ¿Le comprende?
–Perfectamente. La hermandad responde a todo lo que se le puede pedir, trabajan de manera fantástica, no le falta nada. Si algo nos falta es a nosotros y puede ser espacio o tiempo. Las hermandades se está desarrollando de muchas formas, porque hay una Semana Santa muy importante y relevante que hace en sus barrios una labor tremenda. Ya no se trata de ir a la Catedral, porque hay algunas que se lo plantean, como también Pino Montano, y otras que no, pero lo que hay ahora mismo es lo que hay.
–¿Habrá nuevas caras en su equipo de gobierno?
–Habrá novedades, aunque los cargos generales serán los mismos de este periodo.
–¿Seguirá empeñado en mejorar la sección de las glorias?
–A pesar de lo mucho que se habla del dinero que reciben, lo que han conseguido en los últimos años, no en los últimos cuatro, ha sido mejorar su dignidad. No se trata de que yo haya encontrado ahora un «Bálsamo de Fierabrás».
–El nuevo Gobierno municipal ya ha descartado una modificación de la Carrera Oficial ¿Usted también lo ha descartado?
–Estamos en la ciudad y tenemos que ser consecuentes con el futuro de lo que vaya a pasar.
–¿Ha cambiado la perspectiva del mundo de las cofradías desde que está al frente del Consejo?
–Es totalmente distinto a cuando era hermano mayor. El Consejo es un elemento insustituible, podemos hablar de su extensión y competencias, pero su existencia es fundamental. La ciudad de hoy y las cofradías necesitan de la intervención del Consejo.
–Le ha dado muchos quebraderos de cabeza.
–En muchas ocasiones, porque a veces esto resulta una cosa muy difícil de comprar y de vender. Puedo entender la posición de las hermandades y la del Consejo, pero también que pueda haber disparidad de criterios pero lo único que nos salva es el diálogo.
–¿Ha habido mucha división?
–¿A qué llamamos división? ¿A que tres o cuatro personas tengan un punto de vista diferente? En mi familia pensamos de manera distinta muchas veces pero nos queremos todos.
–¿Cuál ha sido el momento más agradable?
–(Silencio). Viví una situación muy agradable un día con el señor arzobispo. Cuando lo conocí de verdad y para bien, por supuesto.
–También habrá tenido algún mal sabor de boca.
–Cuando me sentí defraudado, porque una situación que estaba cercana, no lo fue, a la traición.
–¿Algún deseo concreto?
–Mucho diálogo. Si fuéramos capaces de entender a los demás, de pensar que el otro no está equivocado necesariamente y si rechazáramos los personalismos me daría por más que satisfecho.

 

La «revolución de terciopelo» se hace adulta
Adolfo Arenas llega al Consejo tras cuatro años en los que ni la ciudad ni las cofradías son las mismas que cuando venció a Joaquín de la Peña y Juan Carlos Heras. Ahora se enfrenta a un Consejo en el que ya se han mostrado las cartas, algunas no del todo, de muchos hermanos mayores que no han comulgado con una forma de actuar que ha revitalizado una institución muy poco dada a los cambios y novedades. Prueba de ello, es el éxito que ha tenido la programación realizada para los jóvenes o el Proyecto Fraternitas, liderado por Maruja Vilches. Una manera sutil de darle la vuelta al calcetín de un ámbito donde parecía que nada cambiaría nunca.