El Papa apuesta por el modelo de EE UU contra el abuso sexual

MADRID- «La respuesta de reforma y renovación de la Iglesia en Europa sigue el mismo patrón que el de los EEUU desde el año 2002. El mérito se lo llevan muchos obispos americanos por el esfuerzo de su trabajo, pero las directrices venían de Benedicto XVI». Así analizan los periodistas norteamericanos Gregory Erlandson y Matthew Bunson la acción actual de la Iglesia contra los abusos a menores. Veteranos de la prensa católica de EE UU (son los editores de «Our Sunday Visitor» y de «The Catholic Answer», respectivamente), explican que en 2002 las diócesis norteamericanas establecieron un estricto sistema de reglas, llamadas las «normas de Dallas», para asegurar la absoluta protección de los menores, hasta el punto de que el analista eclesial George Weigel escribió que «hoy por hoy no hay ningún lugar más seguro para un niño o adolescente en América que una entidad católica».

Los periodistas afirman que el entonces cardenal Joseph Ratzinger, como prácticamente toda la Curia romana y la jerarquía mundial, pensaba hasta 2001 que los escándalos de abusos sexuales en la prensa norteamericana eran exageraciones o falsedades interesadas. Pero en ese año Juan Pablo II promulgó la carta apostólica «Sacramentorum Sanctitati Tutela», por la que los abusos sexuales dejaban de ser juzgados por los obispos locales y pasaban a quedar centralizados en la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida por Ratzinger. Fue entonces cuando el cardenal alemán entendió la gravedad de los casos, la seriedad de la mayoría de las acusaciones y la ineficacia de los obispos locales. Desde ese momento se convirtió en el mayor luchador contra esa lacra. Las acusaciones que han tratado de involucrarle como cómplice son «la difamación del cargo de la Iglesia que más ha entendido las dimensiones de la crisis y que más ha trabajado para terminar con ella y para reformar la Iglesia para que nunca vuelva a suceder», afirman los autores en «Benedicto XVI frente a los abusos sexuales».

La Iglesia retira al cura de Vilafamés
El obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López, decretó ayer la suspensión cautelar de todos los cargos y del ejercicio del orden sacerdotal del párroco de Vilafamés, después de que la Guardia Civil encontrara en su parroquia más de 21.000 archivos digitales de pornografía infantil. El obispado tomó esta decisión tras hablar con el interesado y con el romotor de Justicia del Obispado. En un comunicado el obispo condenó este tipo de conductas por ser contradictorias al mensaje de la Iglesia y ha pedido a las personas de «buena voluntad» que oren por la santidad de los sacerdotes.