Ceuta

Ocho años para alejar a España del mundo

Apenas unas horas después de llegar a La Moncloa, el presidente Rodríguez Zapatero ordenó la retirada de las tropas de Irak. Esta primera y precipitada medida marcó el estilo rupturista que iba a caracterizar a la política exterior del Gobierno.

Zapatero, en imagen de archivo, junto a su principal aliado en su propuesta de la Alianza de Civilizaciones, el primero ministro turco, Tayip Erdogan
Zapatero, en imagen de archivo, junto a su principal aliado en su propuesta de la Alianza de Civilizaciones, el primero ministro turco, Tayip Erdoganlarazon

A diferencia de José María Aznar, que realizó una transición suave en materia diplomática en su primera legislatura, Zapatero quiso diferenciarse desde el primer día. «Quiso oponerse a lo que hizo Aznar, pero esa reacción tan pueril y perezosa no podía mejorar las cosas, sino a empeorarlas. La política exterior tiene poco margen y el rechazo a la de Aznar debería de haber sido más elaborado e inteligente», dice un experto diplomático.

Lo cierto es que la salida militar de Irak costó cara y se llevó por delante muchos logros en la relación con EE UU que hubo que recomponer. «Retirarse de Irak, sí, pero cuando nos conviniera y respetando a nuestros aliados», asegura. La elección de compañeros de viaje también ha marcado la diferencia. Aznar se la jugó a una carta y apostó por la alianza angloamericana tras el 11-S y la posterior guerra de Irak, un movimiento que le enfrentó a Francia y Alemania, opuestos a la invasión. Zapatero, por su parte, preconizó una vuelta a Europa que, en las postrimerías de su mandato, se ha traducido en una pérdida de peso específico en el seno de la UE.

Según un embajador ya retirado, el ex presidente del PP tuvo mucha más visión. «Con la misma paciencia y meticulosidad con la que logró arreglar nuestras cuentas de cara a la entrada en el euro, Aznar logró la alianza con las potencias que en la historia reciente suelen salirse con la suya. Las cabezas de la poderosa familia anglosajona: Estados Unidos y Reino Unido. Pagamos nuestra cuota social y disfrutamos del club», afirma. Según este veterano diplomático, la polémica foto de las Azores junto a Bush y Blair «fue el testimonio del estatus en el que nos estábamos instalando». Una alianza que Zapatero se encargó de destejer. «En términos de poder derivado, España rebajó sensiblemente la cota», añade la misma fuente.

La gran apuesta de Zapatero, la Alianza de Civilizaciones, se ha desinflado. Pese a que el Gobierno turco de Tayip Erdogan se ha presentado como el gran socio de esta propuesta, la factura, superior a los siete millones, la ha pagado el Ejecutivo español sin mucho éxito internacional.

Los diplomáticos españoles también están peor situados que nunca. El nuevo equipo europeo comandado por Catherine Ashton, jefa de la política exterior comunitaria, no ha contado con nuestro país para los puestos más relevantes. Tras la derrota del ex ministro Moratinos en la carrera para dirigir la FAO, el único sitio destacable (además del de Almunia) lo ocupa Bernardino León como enviado de la UE para el Mediterráneo Sur. «Ha habido gran incomodidad en el trato con los aliados de la OTAN y los socios de la UE. El presidente nunca entró allí y ninguno de los dos ministros se ha sentido cómodo ni ha tenido nada que aportar», dice otro diplomático.

Tal y como resume con aire literario el citado embajador jubilado, «el zapaterismo ha convertido a España en el pariente venido a menos, y algo tocado, de los salones donde se codean las potencias. Nadie le abre espacio en los círculos donde se oye y se ríe a los grandes. Termina trabando conversación con algún que otro colado».


Heridas abiertas
- Marruecos. Aunque la paz esté firmada, la tensión en Ceuta y Melilla y el conflicto saharaui siguen pesando. El Polisario cree que el Ejecutivo socialista traiciona su causa.
- Venezuela. El Gobierno pidió la extradición del etarra Cubillas en octubre a Chávez. No ha habido respuesta.
- Cuba. Moratinos medió para que los hermanos Castro dejaran venir a medio centenar de presos a España. Algunos se sienten estafados mientras la represión sigue en la isla.
- Gibraltar. El Foro Tripartito, invento de Moratinos, se ha roto por las reivindicaciones soberanistas de Caruana. Las patrullas británicas siguen acosando a la Guardia Civil.
- Israel. Las relaciones han sido buenas, pero iniciativas como la de la última Flotillla o brotes de antisemitismo vuelven a tensar la cuerda.