Valencia

El PSPV se une a la propuesta de Rus de devolver competencias

El portavoz del grupo socialista en la Diputación de Valencia, Rafael Rubio, anunció ayer la presentación de una moción al plano de la Corporación, en la que solicitarán que, en el plazo de tres años, el ente provincial se deshaga de todas las competencias que le son impropias y las «devuelva» a la Generalitat.

El próximo subdelegado del Gobierno en Valencia, Rafael Rubio
El próximo subdelegado del Gobierno en Valencia, Rafael Rubiolarazon

Rubio cuantificó el gasto que generan estas competencias a las arcas provinciales en 2489 millones de euros por legislatura y dijo que «con este dinero, todos los ayuntamientos de la provincias, desde el más pequeño al más grande, podrían recibir cada cuatro años, un millón de euros. Menos meterse con Zapatero, y más gestionar bien los recursos».
Entre las competencias citadas por Rubio están las ya mencionadas por Rus de la educación de adultos, la capacitación agraria, las escuelas de enología y viticultura, el gasto sanitario en el psiquiátrico y la extinción de incendios, principalmente.

El portavoz explicó que en su moción «no incluimos los dos mil kilómetros de carreteras, porque la mayoría de los alcaldes prefieren que sigan siendo competencia provincial, ya que les resulta más fácil negociar con la Diputación que con la Generalitat».

Además, dijo que «contrariamente a lo que afirma Gerardo Camps, el traspaso de competencia no conllevaría traspasar también las partidas económicas que destinamos a ellas, ya que los fondos que llegan del Estado son incondicionados, menos el fondo de asistencia sanitaria que sí que se traspasa automáticamente al Hospital General».

Preguntado sobre la existencia misma de las Diputaciones, Rubio aceptó que muchas competencias están duplicadas y que todas podrían ser asumidas por la Generalitat, «pero la existencia de la Diputaciones se recoge en la Constitución y, mientras ésta no se cambie, las Diputaciones existirán» y añadió que «lo que han de hacer las Diputaciones, es adaptarse a lo que les demanda el municipalismo del siglo XXI que es la asistencia técnica y jurídica de los Ayuntamientos y las ayudas a la financiación de proyectos».

Por último anunció que los presupuestos de la Generalitat maltrataban a la Diputación de Valencia, «no solo a la de Castellón, como denunció Fabra. Ahí el barón Rus se convierte en siervo de gleba».