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Precursor de la tradición por Jesús del Pozo

Cuesta describir con palabras el trabajo de Balenciaga, y menos con las mías, que tropiezan torpemente con la profunda admiración que siento por su trabajo.

La Razón
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Seguramente, el museo que le brinda homenaje exponga mejor lo que quiero decir. Aun así, sentiré que me falta algo. Quizá necesite imaginarme el movimiento del cuerpo de la mujer para los que fueron creados. Digo esto, porque tras conocer su trabajo, de algún modo, dejé de diseñar para empezar a esculpir. En sus diseños descubrí la importancia de modelar para entablar ese diálogo entre una tela y el cuerpo, para poder observar la caída, el volumen y, por tanto, el movimiento. Desde entonces, con honestidad, busco en sus siluetas constantes referencias. Me apodero de su esencia y lo llevo a mi propio estilo. Es fácil reconocerlo en nuestras colecciones, siempre hay un abrigo con volumen envolvente, un cuello ensalzado, formas orgánicas… No obstante, Balenciaga, no sólo me ha influido a mí, claramente ha sido el precursor de una tradición que todavía hoy está vigente en muchos diseñadores españoles. Sin él, la moda estaría coja, falta de recursos, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.