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Combates

En el límite de la zona liberada

Los límites de Ajdabiyah marcan la frontera entre la Libia revolucionaria y la del régimen.

Libios cantan consignas contra Gadafi en Ajdabiyah
Libios cantan consignas contra Gadafi en Ajdabiyahlarazon

AJDABIYAH- Esta estratégica localidad a 160 kilómetros al suroeste de Bengasi fue la primera en caer en manos rebeldes el 17 de febrero. Después, liberaron Al Baida, Bengasi y Tobruk.
El puesto de control al sur de la ciudad, antes del desierto, está situado a pocos kilómetros de la base militar de «Al Haneya», donde se encuentra el mayor depósito de armas de la región, en manos de los rebeldes.
En varias ocasiones, aviones de guerra han intentado bombardearlo, pero erraron el objetivo. Los habitantes de Ajdabiyah lo celebran como «un símbolo de debilidad» y, más que un error, lo interpretan como «otra orden no acatada».
«No podrán con nosotros. Tenemos todo tipo de armas y municiones, cohetes y baterías antiaéreas, y también contamos con tanques y soldados del Ejército que desertaron y se unieron a nuestra lucha», dice desafiante Hasan Fatiya, un voluntario que vigila la frontera de la Libia independiente. «Hay tantas armas y municiones como para llenar cincuenta toneladas en camiones», exagera. Alrededor de cuarenta jóvenes, de entre 17 y 30 años, empuñando un arma, sin experiencia militar ni mando que los dirija, salvaguardan la puerta al «territorio liberado». «Hacemos turnos de cuatro horas, o las que sean. Todo depende de la disponibilidad de cada uno», agrega Sayed Saleh Muhamed, de 21 años.
Los pelotones del ejército revolucionario se preparan para liberar Ras Lanuf, a 250 kilómetros de Ajdabiyah, que sigue bajo el control del régimen. Pero los ánimos andan revueltos estos días en la zona, después de que aviones de guerra hayan vuelto a bombardear a sólo 60 kilómetros de esta ciudad, en la localidad de Brega, y que las fuerzas gubernamentales hayan intentado reocupar la terminal aérea y varias instalaciones petroleras. Grupos de voluntarios marcharon ayer desde Bengasi y Ajdabiyah para apoyar a los rebeldes de Brega. «No tengo miedo, daré mi sangre y mi alma por la liberación de Libia», asegura convencido Yusef Mustia Kadaqui, hermano de Said, primer mártir de la revolución en todo el este libio. «Shahid» Said murió el 17 de febrero en los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de paramilitares y «brigadas revolucionarias» de Gadafi en la plaza Yasira al Fatah, epicentro de las revueltas, que se ha rebautizado como la Plaza de los Mártires.
Cuentan que el coronel les ofreció hasta 50.000 dinares libios, unos 29.000 euros, a todo el que dejara de apoyar a los rebeldes. Pero el pueblo de Ajdabiyah, que ha exhalado «el aroma de la libertad», no está dispuesto a «detener la lucha hasta que Trípoli sea liberada», dice vehemente Yacub Abd Jafid, que tiene una cuenta pendiente personal con Gadafi: el asesinato de su hermano Hasan en la masacre de la cárcel de Abu Salem en Trípoli. El dictador ordenó al ex jefe de los Servicios de Inteligencia, Abdala Sanusi, que acaba de presentar su dimisión, ejecutar en el paredón a 1.200 prisioneros el 26 de junio de 1996.