
Cataluña
Temor al polvorín por la celebración de la «Champions»
Al consejero de Interior de la Generalitat, Felip Puig, se le ha ido de las manos el 15–M.

BARCELONA- Puig asumió la cartera de Interior con la intención de marcar perfil con respecto a la tibieza de su antecesor, el ecosocialista Joan Saura. Así que la concentración de plaza Cataluña se antojaba como una gran oportunidad. Sin embargo, a la luz de los acontecimientos, no sólo no ha conseguido su objetivo de «garantizar la higiene» y «actuar preventivamente contra una hipotética celebración del Barça», sino que ha tenido un efecto diametralmente opuesto: el número de congregados se ha multiplicado y la plaza vuelve a presentar el mismo aspecto que antes de la carga policial. Con lo que el desalojo preventivo convierte la final en un polvorín. No en vano, las estimaciones que maneja la Generalitat es que la victoria del Barça podría congregar a 80.000 o 90.000 personas.
Puig, obligado a comparecer ante el alud de críticas, defendió en todo momento la actuación policial y aseguró que «volvería a tomar la misma decisión». El consejero, sin embargo, descartó cualquier nueva actuación de los Mossos hasta llegada la hora de la final. «No quiero pensar lo que podría ocurrir si una bengala (de los posibles festejos culés en Canaletes) va a parar a una bombona de gas», señaló. Puig apuntó también que la semana que viene elaborarán un informe interno sobre el desarrollo dispositivo policial establecido, aunque avanzó que, a su juicio, la operación se desarrolló de forma «razonablemente más que correcta» y que la respuesta de los agentes cuando se vieron «atacados» fue la adecuada, ya que hicieron «en todo momento lo que tenían que hacer».
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