Crisis económica

No somos máquinas somos hombres por Sebastián Mora

La Razón
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Estamos viviendo estos momentos de crisis con dolor inmenso y con el corazón encogido y abierto a todas las personas que están soportando la pobreza, la exclusión y el desempleo. Además, la brecha entre las personas que pueden vivir con soltura y los que no llegan a fin de mes es cada vez mayor. Nuestra sociedad se va dualizando y fragilizando de manera rápida e intensa. Pero a pesar de todo, en Cáritas vivimos desde la esperanza de la fe en que desde el compromiso cotidiano podemos recrear nuestro mundo.

Hemos reiterando profusamente que esta crisis no es sólo una situación económica o financiera. Estamos viviendo una profunda crisis de lo humano, una crisis de valores y una crisis de sentido. Una sociedad que absolutiza sólo el ámbito económico y técnico, una sociedad que no armoniza los avances tecnológicos y económicos con argumentos éticos es una sociedad sin futuro. Hemos vivido en la dictadura del tener más, del individualismo posesivo, de la irresponsabilidad y la falta de honradez y eso tiene sus consecuencias.

Hablar de soluciones a un problema tan profundo es muy osado. Sería una irresponsabilidad simplificar en unas palabras las soluciones a esta situación tan incierta y compleja. De lo que sí estamos convencidos es de que tenemos que abrir puertas más allá de lo técnico. Debemos recuperar la política y la ética, tenemos que recrear el bien común y no solo el bien de unos pocos. Es esencial que rescatemos la procura y el cuidado de los más débiles. Una sociedad que no reconoce el derecho de los más débiles es una sociedad que no se reconocerá en el futuro.

Las instituciones deben equilibrar de manera equitativa las acciones que están llevando a cabo. No podemos erosionar la protección básica a las familias y no debemos debilitar y fragilizar las políticas en favor de los más pobres en estos momentos de profundo dolor y sufrimiento. Todos debemos hacer un esfuerzo mayor, pero las administraciones tienen la responsabilidad de tutelar y cuidar a las personas más vulnerables.

Es necesario deliberar en común, pensar, dialogar y disentir sobre los valores que nos construyen y sustentan. Es, creo, un deber recrear esferas públicas de deliberación sin partidismos, sin ideologizaciones baratas y sin hacer un espectáculo televisivo sin profundidad. Me parece que argumentar y proponer puntos de vista, creencias, valores y visiones de la realidad es esencial.

Además, creo que es muy importante que los cristianos, desde la «reserva de sentido» (Habermas) que poseen las religiones, propongamos nuestro horizonte, nuestros valores y referencias morales. El «atrio de los gentiles», celebrado en diferentes ámbitos, son expresión de esta convicción.

Vivimos en una sociedad sin tono vital, desmoralizada, en el sentido de energía para la acción, y con necesidad de referentes éticos y cívicos. Uno de los problemas esenciales en estos momentos es la falta de esperanza con la que vivimos y de esta virtud teologal los crisitianos debemos ser testigos privilegiados.

Sebastián Mora
Secretario general de Cáritas España