Sevilla

Griñán obligado a cambiar de apuesta en mitad de la carrera

Alaba al vicepresidente primero del Gobierno, que participará en un acto en Sevilla esta misma semana.

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SEVILLA- «Oyéndola veo que la sucesión está asegurada». De esta forma se refirió el presidente andaluz a la ministra de Defensa, Carme Chacón, ante un millar de personas en un mitin celebrado en Sevilla en plena campaña electoral. Las palabras chirriaron en el cuartel general de Ferraz porque el también secretario general de los socialistas andaluces pisó más allá de la línea roja marcada desde Madrid: no abrir el melón sucesorio antes del 22-M. Con estas declaraciones, que se vio obligado a puntualizar a las pocas horas –«hablaba del relevo generacional» en el partido– tomaba postura por uno de los dos nombres en liza para relevar a Rodríguez Zapatero, que a principios de abril había anunciado un secreto a voces: que no se presentaría a las elecciones generales.

Palabras como las de Griñán en el mitin sevillano nunca son improvisadas. Apostó en un momento en el que en el PSOE andaluz aún humeaba una de las mayores crisis internas de los últimos veinte años, la que se abrió tras la dimisión del consejero de Gobernación y Justicia y ex «número dos» de Chaves en el partido, Luis Pizarro, al conocer que el presidente andaluz iba a cesar, como efectivamente hizo, a uno de sus hombres: el delegado de la Junta en Cádiz, Gabriel Almagro. La «vendetta» de Griñán, ejecutada vía BOJA, se produjo al trascender que Chaves, Pizarro y el secretario provincial gaditano, Francisco González-Cabaña, se habían reunido en Benalup a sus espaldas para proponer a un candidato alternativo en Jerez de la Frontera. La correlación de fuerzas que tuviera en Madrid con Chacón podría blindar al presidente andaluz y neutralizar a los críticos. Ésa era la hoja de ruta marcada, aunque el verdadero extintor salió de las urnas. La debacle del PSOE gaditano, con González-Cabaña desalojado de la Presidencia de la Diputación, desactivó el frente díscolo.

Del apoyo a Chacón, por tanto, Griñán pasó primero a la petición de primarias y ayer a la encendida defensa de Alfredo Pérez Rubalcaba en el Comité Federal socialista. «Damos el aval de Andalucía a Alfredo Pérez Rubalcaba, al que hemos dicho que tiene todo nuestro apoyo», deslizó, tras poner San Vicente –la calle donde se ubica la sede regional del PSOE-A en Sevilla– a su disposición. «Es suya, y todos los que trabajamos allí y el aparato del Partido Socialista, se volcarán con él», abundó. «Es una persona en la que confía todo el mundo, no divide, es una persona que une, y lleva muchos años en esto». Pese a la evidencia, negó que Rubalcaba salga de un «dedazo». El propio Griñán fue elegido por «aclamación», con un solo nombre sobre la mesa, hace poco más de dos años –el 13 de abril de 2009– en un Comité Director del PSOE-A para tomar el timón de la Junta. Alfredo Pérez Rubalcaba se estrenará como candidato «in pectore» la próxima semana en un acto en Sevilla.

Griñán, aficionado confeso a las carreras de caballos, ha tenido que cambiar de apuesta en mitad de la carrera. Lo que no está tan claro es que su apuesta sea la del caballo ganador.


Las primarias, «humor negro»
El presidente del PP en Andalucía, Javier Arenas, señaló ayer en Ayamonte (Huelva) que el PSOE «no ha entendido» el mensaje de los ciudadanos en las urnas pidiendo el cambio político, tras la propuesta de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, ya que éste es «la antítesis» del cambio. Calificó las primarias como «humor negro», ya que recordó que Griñán heredó de Chaves la Presidencia de la Junta y Rubalcaba va a heredar de Zapatero la candidatura a la Presidencia del Gobierno.