Elecciones en Francia

El futuro de Palin por Jennifer Rubin

La Razón
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La noche del miércoles, Sarah Palin hizo oficial que no iba a presentarse como candidata republicana. En un escrito dirigido a sus partidarios aseguró que la dedicación a la familia había sido clave en su decisión. Desde hace tiempo es evidente que una apuesta presidencial pondría en peligro su imperio económico y la sometería a la clase de escrutinio cotidiano que ella se lleva tan al terreno de lo personal. Ha visto fracasar a candidatos mucho mejor preparados que ella. ¿Por qué poner en peligro su reputación y su sustento acabando entre el pelotón en los comicios de Iowa o a la cola en los de New Hampshire? No está claro lo influyente que en el seno del Partido Republicano va a seguir siendo Palin. Mientras recaude dinero y atraiga multitudes, seguirá siendo un personaje influyente. Pero se intuye que su momento pasó hace mucho. El partido va a elegir a su candidato, y él se enfrentará a la atención de los medios. Él va a definir la visión del partido y a marcar su ritmo. Pero el Partido Republicano tiene con Palin una enorme deuda de gratitud en un aspecto. En un momento en el que se pudo haber llevado del Partido Republicano a un movimiento populista, ella lo evitó. Al hacerlo, ayudó a reanimar al partido y trasladó a la administración el carácter distintivo del movimiento de protesta fiscal del Tea Party.
 

Jennifer Rubin
Columnista del «Washington Post»