
Caso Bretón
«Ruth y José sufrieron malos tratos de su padre»

SEVILLA- José Bretón insiste: perdió a sus hijos en el Parque Cruz Conde en un despiste. Niega que abandonara la casa de su hermana Catalina la mañana del sábado 8 de octubre en la que desaparecieron Ruth y José, dejando a los niños solos, y justifica que el teléfono móvil lo situara en un lugar diferente por la saturación del repetidor de antena.
La ceremonia de su tercera declaración ante el juez instructor del caso, José Luis Rodríguez Laín, estaba fijada, quizás buscando que Bretón, al que tuvieron horas esperando en los calabozos de la Audiencia de Córdoba, se derrumbara. No lo hizo.
Sí se mostró «enfadado», según fuentes presentes en el interrogatorio, en especial tras leerle la afirmación de un policía quien asegura que en los primeros rastreos en Las Quemadillas, horas después de que sus hijos se esfumaran, Bretón le había contado que había visitado una casa de citas y había mantenido relaciones sexuales con una prostituta de origen rumano. Acusó al investigador de mentiroso y espetó: «En vez de contar esas historias de mí, que son mentira, que busquen a los niños». No dudó en instar a los agentes a hacer su trabajo y a averiguar dónde están.
Nada le hacía presagiar entonces que a la mañana siguiente, durante nuevos interrogatorios, testigos cercanos a la familia lo acusarían de supuestos episodios de maltrato «físico y psicológico» hacia sus hijos. Así lo desveló María del Reposo Carrero, abogada de su aún mujer, Ruth Ortiz, quien añadió que los amigos comunes también deslizaron que el imputado tenía un «comportamiento raro» con su cliente, «que su familia niega», y que era Ruth, a quien calificaron de «muy sumisa», la que «se encargaba de todo» lo relacionado con los menores. Un dibujo de la personalidad del ex militar muy distinto al que había hecho su entorno el día anterior.
¿Un «hombre bueno»?
La mañana del miércoles, su padre, Bartolomé Bretón, quien compareció por primera vez en el juzgado, defendió que su hijo es «un hombre bueno». Detalló en qué consistieron las obras de reforma que se llevaron a cabo en la finca de Las Quemadillas para descartar la existencia de un zulo en el que pudieran estar los pequeños. Es más, se dirigió al magistrado para decirle: «Si piensa que los niños están en el aislante de la casa, eso es imposible». El anciano no pudo evitar llorar al recordar a sus nietos.
Su mujer y madre del imputado, Antonia Gómez, se mostró más segura. Insistió en el «buen carácter» de su hijo y exigió al juez que lo «dejara tranquilo» al carecer de pruebas contra él. Afirmó que dio de comer pan a Ruth y José cuando su padre los llevó a su casa –en uno de los registros de la finca hallaron una nota manuscrita que decía: «Recuerda mamá que le diste pan a los niños»–. El grueso de la declaración de la hermana de Bretón, Catalina, versó, en cambio, sobre las horas en las que el acusado estuvo en su casa con los pequeños, antes de visitar a los abuelos. Explicó que ella, su marido y alguno de sus hijos se desplazaron a un centro comercial en un Kia Picanto, que estacionaron en el parking privado del establecimiento, por lo que Bretón no pudo usar ese vehículo para ir a Las Quemadillas. Sostuvo que se ausentaron de 11:15 a 13:30 y que su tardanza provocó que su hermano se molestara porque «tenía planes» para ese día. ¿Quién se bajó de un Kia similar entonces a las 11:30 en Las Quemadillas? Es un misterio sin resolver. Como el paradero de los 8.000 euros que Bretón le encargó sacar de una cuenta bancaria para gastos.
Funcionarios de prisiones y «presos sombra» retrataron ayer a Bretón como un reo metódico, maniático, obsesionado con la limpieza, que se coloca papel en las manos para tocar objetos y no soporta que nadie coma cerca, lo que provoca que a veces no ingiera alimentos. Un hombre que se casó «para toda la vida».
Entre rejas hasta el día del juicio
Fuentes judiciales aseguraron ayer a LA RAZÓN que las nuevas declaraciones «tampoco» van a ayudar a José María Sánchez de Puerta, abogado de José Bretón, a sacar a su cliente de la prisión de Alcolea. Es más, creen que éste podría permanecer entre rejas hasta que se celebre el juicio contra él, que fechan en torno a diciembre o enero del próximo año. En ese sentido, calculan que el juez instructor del caso, José Luis Rodríguez Laín, podría dictar auto de procesamiento en el mes de junio. Lo que sí lamentó ayer Sánchez de Puerta es el «escarnio» al que se sometió a la familia de Bretón en el juzgado.
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