Valencia

Fabra ofrece lealtad y reclama financiación

Las reivindicaciones de colectivos sociales acallan las de los grupos regionalistas al principio del recorrido de la procesión cívica

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, besa la Real Senyera en el balcón del Ayuntamiento, ante la atenta mirada de Rita Barberá
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, besa la Real Senyera en el balcón del Ayuntamiento, ante la atenta mirada de Rita Barberálarazon

VALENCIA– La Comunitat Valenciana vivió ayer la festividad que conmemora su propia fundación: el 9 d'octubre.

Por la mañana, el acto institucional en el Palau de la Generalitat con la concesión de las distinciones de honor y al posterior procesión cívica; y por la tarde, la entrada de moros y cristianos que se viene realizando en los últimos años.

A las diez de la mañana, el Palau de la Generalitat se vistió de gala para recibir a las autoridades y los premiados de este año en un acto con el que daba comienzo la celebración institucional de tan solemne fecha.

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en su discurso institucional, reafirmó la lealtad de la Comunitat con España pero dijo que era el momento de establecer una financiación más justa: «no es tiempo de tensar las cuerdas de la convivencia política, sino de generar confianza en el exterior (...) no podemos tirar por tierra más de 30 años vividos en convivencia pero sí que es el momento de reforzar el modelo autonómico para definir con más claridad las competencias de los unos y los otros, para eliminar duplicidades y establecer una financiación más justa que la actual».

Dijo que «la Comunitat ha sido firme en sus reivindicaciones en los últimos ocho años» y que continuaremos mostrando «la misma firmeza y, si cabe, con más fuerza ahora que el Gobierno de España está más dispuesto que nunca a escucharnos».
Fabra hizo un llamamiento a la unidad y al abandono de aventuras que desorienten el rumbo consensuado por todos los españoles».

Para Fabra, el mejor modelo de cómo administrar una economía son las familias que «gastan solo lo que pueden pagar» y dijo que «Las familias valencianas son también familias españolas y por ese motivo se merecen recibir el mismo apoyo por parte del estado que cualquier otro español».

Previamente al discurso del presidente, se otorgaron la distinciones de esta edición.
Así, la Alta Distinción recayó en el científico Agustín Escardino y en la Unidad Militar de Emergencias por su actuación durante los incendios que han asolado este verano la Comunitat Valenciana.

Además, recibieron condecoraciones en dicho acto siete deportistas que recogieron las Medallas de Oro al Mérito Deportivo y que fueron el ciclista Víctor Cabedo -a título póstumo-, el atleta José Antonio Redolat, las olímpicas Vanessa Amorós y Silvia Navarro, y los paraolímpicos Maurice Eckard, José Luis Giera y José Antonio Marí.
El Premio de la Generalitat a les Lletres recayó en el poeta alicantino Antonio Porpetta.

El Mérito Cultural se premió con la Distinción de la Generalitat en las personas del actor Pepe Sancho, la Banda Primitiva de Llíria y las Fiestas de la Mare de Déu de la Salut d'Algemesí.

Las Distinciones de la Generalitat al Mérito Científico reconocieron este año la labor de los doctores Rafael Carmena y Vicente Guillem Porta.

La Distinción de la Generalitat recayó en el misionero valenciano Vicent Berenguer; en la investigadora Pilar Mateo, y en la Federación Valenciana de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer.

Todos ellos agradecieron el reconocimiento de la Generalitat, pero también hubo requerimientos, como el propio Escardino que habló en nombre de todos los premiados y pidió más dinero para la investigación. En la misma línea, la presidenta de la Federación de Familiares de Personas con Alzheimer, Marí Olmos, dijo que estaba muy contenta por el premio pero que lo que necesitaban eran subvenciones para poder pagar las nóminas a final de mes.

Una de las medidas del plan de austeridad desarrollado por el presidente Fabra ha sido la de suprimir la dotación económica de los premios que se conceden el 9 de octubre, así como el tradicional ágape que se ofrecía al finalizar la procesión cívica.
Al acto asistieron, entre otros, el ministro de Exteriores, García Margallo, y los ex presidentes de la Generalitat, Joan Lerma, Eduardo Zaplana y José Luis Olivas. No así, el ex presidente Camps.

También estuvieron presentes los miembros del Consell, diputados autonómicos y provinciales, representantes militares y otras autoridades civiles.

Tras el acto, la comitiva marchó hacia la plaza del Ayuntamiento desde donde, puntual al mediodía, la Real Senyera descendió del balcón consistorial, sin inclinarse ante nada ni ante nadie.

De menos del portavoz socialista, Joan Calabuig, hizo el tradicional recorrido acompañada a su salida de la plaza del Ayuntamiento por sonoras protestas de los trabajadores de RTVV y de Ferrocarrils de la Generalitat, que acallaron los tradicionales gritos de manifestantes regionalistas y otros de extrema derecha.
También se manifestaron en algunos puntos de la procesión el colectivo de los maestros.

Ante la previsión de incidentes, se reforzó tanto la presencia policial como la escolta de las autoridades, aunque en ningún momento hubieron de intervenir pues la procesión fue pacífica y, como su nombre indica, cívica.

Oficiado el Te Deum en la Catedral, se prosiguió hacia el Parterre donde se ofrendó la corona de laurel al Rey En Jaume I, para volver luego al resguardo del archivo municipal donde la Senyera «descansará» hasta el año que viene.

 

Moros y cristianos toman las calles
Por la tarde se celebró la ya tradiconal entrada de moros y cristianos que «tomaron» las calles del centro de Valencia. La espectacularidad de sus vestimentas y de sus actuaciones hicieron las delicias de cientos de valencianos que se agolpaban en la plaza del Ayuntamiento al paso de las distintas comparsas que fueron desfilando, al ritmo de timbales y tambores. La entrada de las escuadras se prolongó durante más de dos horas.