Acoso sexual

«Me falsificaron la firma en la clínica de Morín»

Más clientas del «doctor muerte» relatan que se sometieron a abortos con muchas irregularidades 

El ginecólogo, a su salida de la Audiencia de Barcelona
El ginecólogo, a su salida de la Audiencia de Barcelonalarazon

Barcelona– El juicio que se celebra estos días en la Audiencia de Barcelona contra el doctor Carlos Morín, acusado de más de un centenar de abortos ilegales, vivió ayer una sesión que puede ser muy decisiva de cara al veredicto final del tribunal.
Las dos mujeres que declararon ayer en el juicio dejaron muy en entredicho los métodos de Morín, también conocido como «doctor muerte». A una de las chicas, Amaya, le enseñaron un test psicológico que teóricamente tenían que rellenar todas las personas que se sometían a una interrupción voluntaria del embarazo.
Amaya dijo claramente, declarando por videoconferencia, que ella no rellenó ningún test y que su firma en este documento fue falsificada. «Yo no firmé este texto», dijo. Esta respuesta provocó reacciones airadas de la defensa. Uno de estos abogados abandonó incluso la sesión y fue visto poco después en la terraza de un bar cercano a la Audiencia de Barcelona.
19 semanas y media
Esta testigo declaró que cuando acudió a una de las clínicas de Morín estaba embarazada de 19 semanas y media y que pagó 1.000 euros por la intervención. En el momento del aborto, relató que estaba recibiendo un tratamiento médico por ansiedad, que sigue necesitando ahora.
Al igual que la mayoría de mujeres que han declarado en este juicio, Amaya aseguró que, antes de ser sometida a la interrupción voluntaria del embarazo, no fue visitada por ningún médico ni psiquiatra. Hasta el momento, la mayor parte de las testigos ha ofrecido una versión muy parecida a la de Amaya, es decir, que no tuvieron ninguna entrevista ni con psicólogos ni con psiquiatras. En un momento de su declaración, alguno de los imputados se burló incluso de la testigo, haciendo un gesto con sorna, con la intención de desacreditar su cordura. En la sesión de ayer, declaró otra mujer, Mayra, que llevó a cabo una explicación más críptica de los hechos. Relató que se encontraba en un coche cuando sufrió una herida, que le causó un sangrado, y que al cabo de pocos minutos ya se encontraba en uno de los quirófanos de Morín, abortando. Mayra añadió que nadie de la clínica se dignó a avisar a ninguno de sus familiares.