Bruselas

Torrijos: «La foto del marisco con Mellet hizo daño Interesaba eliminar a un rival»

«Zoido utiliza el cargo de alcalde para su promoción política y personal» critica el líder de Izquierda Unida, que admite «errores de Gobierno y apreciación» junto a Monteseirín

Torrijos: «La foto del marisco con Mellet hizo daño Interesaba eliminar a un rival»
Torrijos: «La foto del marisco con Mellet hizo daño Interesaba eliminar a un rival»larazon

Sevilla- Antonio Rodrigo Torrijos sigue explicándose despacio para entender el mundo, pero su ímpetu ha perdido brío. Habla, taciturno, como quien no quiere molestar, con los pasos leves. Igual, como pasó con Fernán Gómez, la noticia no será que un día no esté. La noticia será que estuvo; que desde un grupo minoritario aglutinó –o hizo ver que aglutinó– un gran poder y se convirtió en el centro de la diana política. En cualquier historia hay dos versiones, la propia y la de los demás. La versión de Torrijos es que no permitir el homenaje a Foxá «fue interpretar bien la Ley de Memoria Histórica». Por ahí comienza.

–Como teniente de alcalde y alcalde ocasional, conoce bien el paño. ¿Es posible compatibilizar la Alcaldía con otro puesto?
–Siempre he defendido un cargo institucional por persona. Zoido siempre dijo que se iba a dedicar las 24 horas a Sevilla y creo que hay algo de fraude electoral. Ahora es presidente de la FEMP y parlamentario. Le solicito que le diga a los sevillanos, antes de presentarse en las autonómicas, qué va a hacer: dejar el Parlamento o la Alcaldía, puesto que la ley dice que no es compatible. Me sorprende su actitud insumisa teniendo en cuenta que es juez. Tanto que emula a Soledad Becerril, debería hacer lo que ella hizo, abandonar el Congreso de los Diputados para dedicarse a Sevilla. Y me parece una absoluta falta de respeto a la inteligencia de los andaluces que diga que se puede compatibilizar cargos porque el Hospital de las Cinco Llagas está a cinco minutos del Ayuntamiento de Sevilla.

–¿A Sánchez Gordillo le recomienda lo mismo?
–Por supuestísimo. Si hay alguna variable, es que estamos hablando de un pueblecito comparado con una ciudad. El concepto es el mismo.

–¿Qué le está pareciendo la gestión del alcalde?
–A Zoido y a su equipo hay que ponerles Cum Laude en marketing. Han hecho de la política una especie de zoco en el que la mercadotecnia ha funcionado. En el organigrama austero que ha hecho, la oficina de prensa se ha triplicado. Que no es el alcalde del empleo no sólo lo demuestran las estadísticas –7.000 parados más, aunque puede ser colateral–, lo demuestra la anulación del pacto contra la siniestralidad laboral, el de la calidad del empleo, el consejo del trabajador autónomo, los talleres prelaborales, el bonobús solidario… Muestra una inacción absoluta más allá del marketing. Está cambiando solidaridad por caridad. Y –aunque decía que no era ni de izquierdas ni de derechas, que era de Sevilla– se ha demostrado que engañaron a los sevillanos diciendo que sólo venían a gestionar. Se ve con los datos de reuniones opacas con lobbys, con los promotores, con los de siempre, para subvertir el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Han sido siete u ocho meses perdidos. Está utilizando el cargo de alcalde para su promoción política y personal. Si ahora es candidato, se va a llevar dos meses en campaña electoral, que es lo que a él le va.

–¿Cómo explica la apuesta de los ciudadanos por la derecha en una crisis provocada por el sistema financiero?
–No ha habido una alternativa nítida de izquierda desde el PSOE, que ha hecho una política liberal y no ha cumplido su programa. La gente, entre la copia y el original, apoya el original. Se ha generado desde el punto de vista ideológico la imagen de que no hay alternativa y que la única salida posible es apoyar los conceptos neoliberales. Luego hay una conjunción mediático-ideológica que hace que la mayoría no tenga acceso al conocimiento con detalle de lo que hacemos fuerzas alternativas y progresistas como IU. En cualquier caso, hay ya una corriente que frente a la resignación se moviliza en todo el mundo.

–En Sevilla la derecha arrasó, sobre todo en las municipales.
–Sevilla fue un laboratorio de lo que le estoy diciendo.

–Pero hubo un voto de castigo.
–Sí. Le tengo que decir con honestidad que la verdad no es mía. Indudablemente, cometimos errores. Negar eso me parece una estupidez. Errores de Gobierno, de apreciación. Unido a eso, no supimos o pudimos explicar bien la acción de Gobierno. Los medios del PP fueron enormes. Zoido iba con el dedito señalando una loza rota y salía en casi todas las portadas. Nosotros anunciamos una moción para la expropiación de Tablada y no sale. Legítimamente. Así son las cosas. Eso es lo que quiero cambiar. Ahora Zoido parece la oposición de la oposición. Su oferta no consiste en ofrecer propuestas sino en criticar a la Junta o al Gobierno anterior. Porque no sabe qué hacer. No quiere hacer lo que nosotros hicimos y que seguramente nos costó muchos votos: optar, gobernar, decidir. A todo el mundo dice que sí. Pero está inactivo. Está en un limbo político. Tampoco supimos valorar suficientemente el gran apoyo que durante varios años ha tenido la construcción de una imagen de un gran ídolo, de un gran líder, que se llamaba Zoido.

–¿El Metropol fue uno de esos errores de los que habla?
–No voy a entrar en el debate estético. Nos desmarcamos bastante de aquello. El error fue destinar unos recursos económicos que podían haber sido más reducidos y para otras necesidades.

–¿Fue una obsesión del alcalde?
–Nadie me sacara una palabra crítica contra el Gobierno que transformó la ciudad. Ya se reconocerá eso frente a la mortecina ciudad en la que estamos, actualmente, de pan y circo. Ahora bien, es verdad que fue el alcalde el gran instructor, impulsor, de aquella obra, con la que nos corresponsabilizamos.

–¿Se siente «culpable» de la Sevilla verde que alaba la BBC?
–Responsable. Tengo una envidia sana de Zoido, que tiene un diseño de marketing y unos recursos y unos medios al servicio de su estrategia política increíbles. Se rige por un principio básico y efectivo ante la presunción de una sociedad aparentemente adormecida: lo malo se lo endoso al Gobierno anterior y lo bueno me lo apunto yo. Zoido está viviendo de las rentas de las políticas valientes del anterior Gobierno. No hay un modelo. Sevilla será conocida por las 7.000 y pico viviendas sociales, los 140 kilómetros de carriles bici, la mayor inversión municipal de la historia. Será conocida por todo eso. Y también por sus errores. Lo que pasa es que se han magnificado más los desaciertos. Todo apunta a que al PP lo que le interesa de verdad es hacer negocio con el suelo de los sevillanos y, con la excusa del empleo, recuperar un Urbanismo periclitado. Intentará cambiar el PGOU para favorecer a los promotores y los lobbys, generando un efecto llamada.

–¿Qué le parece la juez Alaya?
–El respeto me conduce a ni siquiera opinar.

–¿Espera un auto para las elecciones autonómicas?
–Conmigo sucedió. Espero que actúe con ecuanimidad.

–¿Teme que le condenen por la presunta venta fraudulenta de los suelos del mercado central de abastos?
–Defiendo la naturaleza pública, sin satanizar lo privado, y lo que hice fue defender un concurso público frente a subasta porque considero que se pueden establecer mecanismos que no sean estrictamente económicos. A mayor valor del suelo en la subasta, mayor iba a ser el coste para las viviendas previstas en esos terrenos.

–Se le presenta como el hombre fuerte de Mercasevilla.
–Había un presidente, un vicepresidente primero (de Mercasa) y uno segundo, que era yo. Había una comisión ejecutiva y un consejo de administración, con todos los partidos, técnicos, etc. Se ha intentado crear con mucha maldad que yo era allí el hombre que determinaba todo. Eso es consecuencia de una estructura de papel, que aún sigue pero que no se sostiene con los hechos.

–Se le recuerda en muchísimas comparecencias públicas alabando la gestión de Fernando Mellet. ¿No me dirá que se la coló?
–Claro, claro. En los detalles del procedimiento no entraré. No por opacidad, sino por no entrar en un proceso «sub iudice».

–¿Volverá a dejarse ver comiendo marisco en público?
–Esa fotografía se produce tres o cuatro años antes de que se publique, en Bruselas, en un viaje a la Feria Internacional del Pescado y el Marisco. Hubo una comida, con ocho o nueve personas, y comemos marisco. No se pagó con dinero público. La imagen salió varios años después, descontextualizándose, en tiempo de crisis. Se minimiza que no se pagó con dinero público y se da la imagen, únicamente, de dos personas. Se obvia el resto. Y se construye una imagen de gastoso. Interesaba eliminar a un rival político. Se hicieron fotos, octavillas, camisetas. La imagen la publiqué yo en mi blog, porque venían chantajeándome. Consiguieron su objetivo. Le reconozco que la foto hizo daño.

–¿Echa de menos el poder?
–Sí, le voy a hacer honesto. He aprendido que estar en el Gobierno permite hacer cosas que en la oposición sólo se pueden soñar. Y en IU no estamos acostumbrados a gobernar, por la ley electoral y muchas otras cosas. Echo de menos programar talleres prelaborales, VPO, el parque social de vivienda, la oficina de la bicicleta, la movilidad sostenible... El poder permite llevar los sueños a la realidad.