España

Salgado echa balones fuera

La vicepresidenta culpa a Alemania y Finlandia del repunte de la desconfianza en España. Anuncia que el Gobierno realizará más reformas en los próximos meses

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Madrid- Si la desconfianza en la economía española se volvió a disparar entre el pasado jueves y el lunes se debe, en buena parte, a la creciente opinión de los mercados de que Grecia deberá refinanciar su deuda. Los inversores, temerosos de que España, acuciada por apuros de déficit, deuda y bajo crecimiento similares a los helenos, siga sus pasos, llevaron al bono español a diez años al máximo histórico de octubre de 2010 –5,59%– y a la prima de riesgo a los 231 puntos básicos desde los poco más de 170 que tenía la pasada semana.

Y como quiera que los rumores sobre una posible reestructuración de la deuda griega se han intensificado en los últimos días por mor, en buena parte, de unas declaraciones sobre esta posibilidad realizadas el pasado jueves por el ministro de Economía alemán, Wolfgang Schäuble, su homóloga española, Elena Salgado, encontró ayer en su colega germano el chivo expiatorio al acoso de los mercados a España vivido el lunes. En una entrevista en la Cadena Ser, Salgado aseguró que los mercados perciben de forma muy positiva las reformas hechas por el Ejecutivo, al tiempo que anunció que se aprobarán más como la del empleo sumergido o los horarios comerciales. Sin embargo, cree que las palabras de Schäuble son las causantes de las tensiones. «[La prima de riesgo] ha comenzado a subir desde el jueves coincidiendo con unas declaraciones sobre la posibilidad de que se reestructurara la deuda griega», afirmó Salgado, que también culpó del acoso a las elecciones finlandesas y a las especulaciones de que el nuevo Gobierno tal vez se replantearía su ayuda a Portugal.

A la ministra no le preocupan en exceso estos «picos puntuales» de la deuda, pues su repercusión, aseguró, será «limitada» dado el apoyo que los mercados han mostrado por las reformas. «No tendríamos que estar tan atentos a un pico en una semana en la que los volúmenes negociados son menores», aseguró.

Ayer, los mercados vivieron una jornada de relativa calma tras los tempestuosos últimos tres días, con subidas generalizadas de las bolsas –ver gráfico–, a remolque de ciertos signos positivos que afectaron incluso a la vilipendiada Grecia. El Tesoro heleno consiguió colocar 1.625 millones en letras a tres meses, un 30% más de los previsto, subiendo el interés un 6%. La subasta, no obstante, no despejó los rumores sobre la reestructuración de su deuda, cada vez más crecientes.

Finlandia también contribuyó en cierto modo a aplacar a los mercados al descartar Jyrki Katainen, su futuro primer ministro, la posibilidad de que su país defienda la imposición de cambios significativos en el paquete de rescate luso.

El acoso sí que cesó un tanto sobre España. Tras el subidón de los últimos días, la prima de riesgo se relajó ayer desde los 231 hasta los 223 puntos básicos, aunque el interés que se pagaba por el bono a diez años en los mercados secundarios seguía en el entorno del 5,5%. Hoy será otro día importante para comprobar si lo de ayer fue un pequeño respiro o si marca el inicio de una tendencia. El Tesoro espera colocar entre 2.500 y 3.500 millones en obligaciones a diez años.


Los eurobonos ya marchan
El Parlamento Europeo dio ayer el primer paso para la creación de eurobonos. La comisión de Asuntos Económicos aprobó mandatar a la Comisión Europea para que presente un informe sobre la viabilidad de un Fondo Monetario Europeo, que emitirá deuda europea (eurosecurities) y también actuará como mecanismo de resolución de crisis, unificando los dos fondos de ayuda con los que contará la UE a partir de 2013. La mayoría conservadora y los liberales respaldaron esta enmienda, que contará con los suficientes votos para que pase en el pleno. Sin embargo, más difícil es que supere el visto bueno de los Estados miembros, con los que tienen que negociar antes de que la Comisión explore su creación. El PPE subrayó que estos eurobonos no supondrán una barra libre para que los Estados miembros rompan la disciplina fiscal, con la mirada puesta en el Sur, informa Jorge Valero.