Griñán fractura al PSOE tras invitar a los críticos a votar en su contra

Almería- José Antonio Griñán ha decidido dividir el partido en dos: los que están incondicionalmente con él y los que no. Con esa premisa llegó el viernes al XII Congreso Regional del PSOE. Así se lo transmitió el viernes a los secretarios provinciales tras exponer su informe de gestión –aprobado por el 95,56 por ciento–. «Las críticas, a la cara» vino a decirles. La respuesta la tuvo ayer: 159 de los 554 delegados no le votaron como secretario general de los socialistas andaluces. Decidieron abstenerse. «¿Si no me votan como secretario general, para qué quieren estar en mi Ejecutiva?», se preguntaba el presidente de la Junta minutos después en un encuentro informal con unos 40 periodistas.

El apoyo del 71 por ciento obtenido por Griñán retrotrae al PSOE a la división existente en 1994, cuando Manuel Chaves se impuso con un 65 por ciento de respaldo a Carlos Sanjuán. Ahí comenzó la era Chaves como secretario general del PSOE-A, que duró hasta abril de 2010. «Te entrego un partido unido y cohesionado» le advirtió el ex vicepresidente del Gobierno antes de irse. Entonces Griñán fue elegido como secretario general de los socialistas andaluces con un respaldo del 99,8 por ciento. En dos años, ha perdido casi un 30 por ciento de los apoyos que tenía.

El sector crítico con la dirección regional del PSOE se presentó a este Congreso con 170 de los 588 delegados. Por provincias, Málaga incluía a 17 de los 74 delegados con los que se ha venido a Almería; Sevilla, a 45 de los 83; 11 de los 46 delegados de Córdoba eran críticos; 27 de los 55 de la provincia de Cádiz; y Jaén, con una lista única de 70 representantes también está entre el sector contestatario. Su intención original era votar a favor de la reelección de Griñán. Así lo anunciaron en los días precedentes. Aseguran que han sido invitados a lo contrario. El propio presidente andaluz admitió después que había provocado esta decisión al pedirles un «paso al frente». Algo que no le impidió reprocharles que habían incumplido un mandato estatutario ya que en los congresos provinciales que los eligieron como representantes habían asegurado que su voto sería favorable a la reelección. El presidente de la FAMP y alcalde de Dos Hermanas (Sevilla), Francisco Toscano, justificó la reacción de algunos ante el discurso «brusco y desacertado» que realizó el viernes, con Carme Chacón sentada en primera fila.

Las posturas están enconadas. Griñán no entiende de integración entre críticos y oficialistas, rubalcabistas y chaconistas porque considera que en el fondo existe un grupo de personas dentro de la organización que no lo quieren a él como secretario general del PSOE-A. No desea centrar sus esfuerzos en aparentar una cohesión interna con esas personas que además entiende que son minoritarios. «Tengo el 90 por ciento de respaldo entre las bases», argumentó.

Puso como ejemplo la actitud que él mismo ha mantenido con Alfredo Pérez Rubalcaba. No era su candidato. No lo apoyó. Pero ahora forma parte de su dirección. Es el presidente del PSOE y lo apoya «sin fisuras», dijo. Ese es el gesto que él reclama a sus detractores. Una confianza que no ha sentido en estos dos años.

La cuestión radica ahora en ver cómo evoluciona ese descontento. «Puede aumentar o no», dijo. El presidente de la Junta entiende que sin poder orgánico e institucional, lo más probable es que la contestación se diluya.

Para esta estrategia, es básico que la renovación de las direcciones provinciales que tendrán lugar este fin de semana vayan en sintonía con lo que él pretende. Si se tuerce Cádiz, Jaén o incluso Sevilla –mañana Antonio Gutiérrez Limones oficializará su candidatura que pugnará con Susana Díaz–, la batalla no habrá terminado. De lo contrario, Griñán controlará por primera vez en su totalidad a la federación socialista más importante de España.