Atenas

La banca aportará 50000 millones al segundo rescate de Grecia

Los líderes del euro se reunieron ayer con la ambición de conseguir un milagro: convertir el endeudamiento griego en sostenible, para terminar de sacar a la eurozona de la UVI, sin despertar las iras de los guardianes de los mercados financieros, las agencias de rating. > Los interrogantes del pacto / EL ANÁLISIS. Transformar Grecia> Merkel gana la batalla a Trichet

Papandreu, flanqueado por los «dos grandes» de la UE, Sarkozy y Merkel, ayer durante la reunión de la cumbre europea
Papandreu, flanqueado por los «dos grandes» de la UE, Sarkozy y Merkel, ayer durante la reunión de la cumbre europealarazon

Pero no hay espacio para la magia en tiempos de crisis, y los diecisiete dirigentes de la moneda común se rindieron a lo que primero fue un tabú, luego una remota posibilidad y ha terminado por ser la tozuda realidad: un impago parcial de los griegos con sus deudores para salir del pozo. Los europeos aceptaron que ésta es la única manera de que Atenas pueda digerir los 350.000 millones de euros de deuda que tiene (un 157% de su PIB), reduciéndola hasta niveles más sostenibles.

Sin embargo, el Banco Central Europeo y otros analistas llevan semanas advirtiendo que esta posibilidad desatará una tormenta financiera peor a la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008.

«Grecia está en una situación de una gravedad única», dijeron las conclusiones de la cumbre europea celebrada ayer en Bruselas, antes de soltar lo que marcará las futuras tensiones en los mercados de los días venideros: la participación del sector privado en el segundo rescate griego. Para intentar maquillar lo que las agencias de rating ya avisaron que sería considerado un impago selectivo, los líderes recuerdan que «el sector financiero ha indicado su voluntad de apoyar a Grecia de manera voluntaria». Y aunque finalmente no detallaron el menú, el borrador previo incluyó las opciones que ofrecen a las entidades financieras, principalmente de la propia Grecia, Francia y Alemania, y que han ido cocinando durante los últimos días: un intercambio de bonos, una prolongación de los actuales, y una recompra de la deuda, con un probable descuento.

Al cierre de esta edición, los europeos discutían en una comida que se alargó hasta una cena este segundo rescate. Aunque en la víspera los europeos defendían una aportación privada de al menos 30.000 millones de euros, el acuerdo final, a falta de concretarse los flecos, apuntaba a que el montante total del rescate sería de 110.000 millones de euros hasta 2014. Además, la banca participará en la ayuda con una cifra cercana a los 50.000 millones hasta la misma fecha.

Trasladar la responsabilidad
De esta manera la canciller Alemana, Angela Merkel, consiguió su objetivo desde el inicio de la crisis de deuda soberana: trasladar la responsabilidad de las espaldas de los contribuyentes a las entidades financieras.

Entre las opciones que para la inclusión de los inversores privados, la gran novedad será la recompra de Grecia de su propios bonos para aligerar la presión de su endeudamiento que estrangula su situación fiscal. Para ello, los europeos prevén aportar alrededor de 100.000 millones de euros, aunque ayer de momento evitaron fijar cantidades, para que además los griegos puedan seguir cumpliendo con el pago de sus obligaciones con sus deudores. La futura ayuda se sumara a los 110.000 millones del pasado año, cuando los socios del euro esperaron que Atenas volviera en 2012 a financiarse por ella misma. Sin embargo, el agujero griego ha sido demasiado profundo, lo que ha mantenido la inestabilidad en la eurozona, y ha terminado por salpicar peligrosamente a Italia y España.

Con la tercera (Italia) y cuarta economía (España) del euro en el paredón, los líderes europeos sacaron ayer este plan a medias y con muchos interrogantes, que fue saludado inicialmente por las bolsas, gracias a otras dos decisiones que llevaban tiempo retrasando: la mejora de las condiciones de los préstamos para Atenas y la modificación del fondo de rescate actual europeo. Así, los europeos completaron su estrategia para hacer más sostenible la deuda griega, rebajando los préstamos actuales a Grecia desde el 4,2% hasta el 3,5%, y ampliando la devolución de los siete años y medio a los 15 años.

Los jefes de los Ejecutivos del euro decidieron ayer igualmente modificar el mecanismo de rescate europeo de 440.000 millones de euros, el llamado Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera (FEEF) para que pueda comprar bonos de los Estados miembros en las operaciones diarias (mercado secundario), una labor que hasta ahora había hecho el BCE entre bambalinas para aligerar la presión de los inversores sobre la deudas soberanas de países como Italia o España en días de pánico. El FEEF también podrá además prestar a la banca de los países del euro en apuros, como Grecia.

 

Irlanda hará más reformas
A cambio de conseguir una posible mejora del préstamo de los socios del euro, Irlanda aceptó discutir el incremento de su impuesto de sociedades, una reclamación que Francia lleva tiempo poniendo como condición para mejorar la ayuda. Ayer, los líderes del euro aceptaron en principio reducir, como con Grecia, sus intereses hasta el 3,5% y su vencimiento a 15 años si Irlanda acepta cambiar el impuesto.