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Javier Zuloaga: «A veces se hace un uso vil de la libertad»

Con firma propia. Profesión: escritor y periodista. Director de comunicación interna de La Caixa. Nació: en 1952, en Bilbao. Por qué está aquí: por su novela «Librería Libertad» (El Aleph Editores).

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–«Librería Libertad»: un relato divertido y desgarrado de los héroes de ayer y de los ingenuos de hoy. ¿Los héroes han devenido en ingenuos?
–No todos. Ahora hay algunos héroes y muchos ingenuos.

–Uno de sus protagonistas, un cura, se libera tirando el alzacuellos por la ventana. ¿De qué se libera usted escribiendo?
–Me libero del síndrome de abstinencia del oficio. Por mi trabajo, no escribo todo lo que quisiera.

–Los personajes de su novela son rebeldes. No se ve mucha rebeldía en la sociedad de hoy, ¿no?
–Si no se solucionan los graves problemas actuales, la sociedad puede llegar a rebeldías que ahora no imaginamos.

–«Librería Libertad». Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre.
–A veces se hace un uso vil de esa palabra.

–Cree que ahora somos más libres que nunca o...
–Intelectualmente, sí. Para hablar y pensar, sí.

–Quizá tengamos demasiadas necesidades para ser libres del todo...
–Tenemos las que nos ha impuesto la sociedad de consumo. Creo que se puede ser más libre con menos.

–Suelo decir que es libre quien no tiene nada o quien tiene mucho. ¿Qué elige?
–Yo elijo no necesitar nada.

–Libertad es decir a los demás lo que no quieren oír, sostenía Orwell...
–La libertad es algo más que eso. Yo no me considero más libre por decir cosas que los demás no quieren oír. Sería un moscardón.

–Su admirado Juan Marsé clama: «Estoy hasta el gorro de la burricie de nuestros políticos».
–Marsé tiene derecho a decir lo que le dé la gana, como lo tenían Cela o Delibes.

–Se ha afirmado que la novela seria está muerta...
–No lo creo. Renace, está muy viva, evoluciona. La gente siempre necesitará la magia de la novela.

–Aseguraba Faulkner que los grandes escritores suelen ser despiadados...
–En algún momento, sí. Yo soy un escritor al que no le gusta molestar ni que me molesten.

–Tiene fama de gran trabajador. ¿Trabajar es lo que más le gusta?
–Debe de gustarme mucho, sí, porque me ocupa 12 o 14 horas al día.

–«Si el trabajo fuera bueno, los ricos se habrían quedado con todo» (grafiti).