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Más de 11000 niñas en riesgo de ablación en España

La palabra ablación suena a antiguo, a una práctica inexistente en el mundo moderno. Pero su erradicación aún está lejos, es un mal que persiste, que está demasiado anclado en las tradiciones de gran parte de los países del África subshariana. De acuerdo con Unicef, 70 millones de niñas han sufrido algún tipo de mutilación en sus genitales. Cada día 6.000 niñas entre cuatro y diez años son mutiladas.

La ablación deja secuelas físicas, psicológicas y altera la salud sexual reproductiva
La ablación deja secuelas físicas, psicológicas y altera la salud sexual reproductivalarazon

MADRID- En España, esta tortura está perseguida. Sin embargo, más de 11.000 menores están en riesgo de sufrirla. Así lo revela un informe de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Todas ellas provienen de familias africanas originarias de los países donde esta práctica es habitual. Para luchar contra esta lacra, varias comunidades autónomas han implantado dispositivos para luchar contra la extirpación de partes del aparato genital femenino.

En Cataluña, el colectivo africano es muy amplio, ya que, en su camino hacía Francia, muchos optaron por instalarse en esta comunidad. El contacto directo con el problema de la ablación ha obligado a la sociedad catalana a implantar programas de prevención que incluyen la actuación de un grupo específico de los Mossos d'Esquadra, así como la vigilancia por parte de los médicos de atención primaria –en especial de pediatras– y de los profesores. Según el padrón de 2008, cerca de 13.000 mujeres de países en los que se lleva a cabo esta práctica viven en Cataluña. Adriana Kaplan, catedrática de Antropología Social de la UAB, lleva más de veinte años trabajando para terminar con esta tradición. Desde su centro se forma a profesionales «para que ellos mismos realicen labores de prevención», explica. Viaja a menudo a África para comprobar in situ la evolución del problema. «Lo más importante es evitar que las niñas salgan de España», añade. El viaje que casi todos realizan para conocer sus orígenes se convierte en muchos casos en un regreso al pasado. Allí, sus familiares –sus abuelos, habitualmente– se encargan de que la niña «cumpla con las costumbres» y le practican la ablación. «Las pequeñas se van de vacaciones y vuelven mutiladas. En España no se realizan estas intervenciones desde los años 90», añade Kaplan. El caso más cercano que recuerda se produjo en Francia en 1993: «En esa década muchas familias aportaban pequeñas cantidades de dinero para traer a una persona de su país y evitarse el viaje a África», explica. En 2000, la norma se endureció en España y las conocidas como «mutiladoras» abandonaron nuestras fronteras. O eso parecía. El caso de la niña torturada con menos de un año, de origen gambiano y residente en Alcañiz (Teruel), pone en duda la desaparición de estas mujeres ya que, de acuerdo con la fiscal, existen pruebas de que la agresión se realizó en Aragón. Es el primer juicio en España contra la ablación.

Reconstrucción genital
En las tres provincias aragonesas viven unas 2.500 mujeres de origen subsahariano. Por ello, a principios de 2011 se impulsó un protocolo para luchar contra la mutilación. Además de labores de concienciación de las familias, el mecanismo incluye un certificado, rubricado por los padres, que garantiza oficialmente el compromiso de los progenitores, y que éstos firman antes de viajar a África. Además de la actuación de los servicios sociales, es muy relevante el trabajo de varios equipos médicos encabezados por el ginecólogo Pere Barri, del Instituto Universitario Dexeus de Barcelona, que reconstruyen total o parcialmente el clítoris de cientos de mujeres mutiladas. Él realiza las intervenciones gratuitamente, «hasta que nuestros fondos me lo permiten», explica. Tiene una larga lista de espera, pero sólo puede intervenir a dos o tres chicas al mes. Eso sí, cada vez más mujeres se acercan a su consulta. «La mayoría son jóvenes, de entre 20 y 30 años, que acuden voluntariamente. Muchas de ellas vienen aconsejadas por sus hermanas pequeñas que, al haber nacido en España, no han sido víctimas de la agresión», explica.

A Barri le sorprende el caso de Teruel: «Es muy extraño que la hayan mutilado en España, aunque es normal que una pediatra haya dado la voz de alarma. La concienciación es total y tanto los servicios sociales como los profesionales de la salud conocen la importancia de su labor». Aunque, por ahora, la reconstrucción sólo se realiza en la Clínica Dexeus, «en Valencia y Madrid hay dos grupos que pronto comenzarán a practicar estas intervenciones y estamos enseñando nuestra técnica a otro grupo de cirujanos de Zaragoza», añade. «Lo más satisfactorio es ver cómo les devuelves la felicidad. Se convierten en nuestras mejores madrinas», explica el ginecólogo. En Cataluña se han registrado más de 600 casos de mujeres mutiladas.

 

«La mutilación es buena para la niña»
La Audiencia Provincial de Teruel juzgó ayer a un matrimonio de Gambia como coautores o consentidores de la mutilación genital de su hija cuando ésta tenía menos de un año. En el juicio, el padre reconoció los hechos y admitió que «la ablación es buena para ella». No obstante, afirmó que la mutilación fue practicada por los abuelos de la niña en Gambia. La fiscal, que pide seis años de prisión, negó la versión paterna y explicó que «la niña entró en España el 4 de septiembre de 2009 y no ha vuelto a salir del país», luego fue mutilada en España.