Sevilla

Antonio del Castillo: «Espero que en el juicio se vea que saben más de lo que han dicho»

El tono de voz de Antonio del Castillo ha cambiado. Antes, metafóricamente, lloraba al hablar; de su boca salían las lágrimas, el quebranto, que retenía en los párpados. Ahora, sopla una brizna de esperanza.

El padre de Marta espera que el juicio, que se iniciará el día en que se cumplen dos años de la desaparición de su hija, aclare muchas cosas
El padre de Marta espera que el juicio, que se iniciará el día en que se cumplen dos años de la desaparición de su hija, aclare muchas cosaslarazon

A pesar de las macabras casualidades que fijan el inicio del primer juicio por el asesinato y la violación de Marta del Castillo el mismo día que se cumplen dos años de aquel 24 de enero en que la joven de entonces 17 años salió a «arreglar un asunto» con su ex pareja y ya nunca más volvió. «Estamos deseando que empiece el juicio, para aclarar este embrollo», asegura. Espera una condena para «El Cuco» porque «hay pruebas más que suficientes».

Por muchas páginas que tenga el sumario elaborado por el juzgado de Instrucción número 4, por muchas horas que haya dedicado la Policía al caso, la familia de Marta tiene puesta su «esperanza» en que de los testimonios del menor conocido como «El Cuco» y el resto de implicados –Miguel Carcaño, Samuel Benítez, Javier Delgado, María García–, que en esta causa actúan como testigos, surja un hilo de luz que dé respuesta a las incógnitas que aún se ciernen sobre la muerte y desaparición de la adolescente del barrio de Tartessos. «Saben algo más de lo que se ha contado. Tiene que haberlo. Si no, no se explica por qué no dicen dónde está el cuerpo», indica Antonio del Castillo.

Sobre la idoneidad de que todos los implicados fueran juzgados al mismo tiempo y no por dos instancias diferentes, la familia remite «a lo que ha dicho el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, los jueces, los abogados…». «Debería haber un único juicio, pero la Ley de este país está como está. Si no cambia, estamos en precario», critica Del Castillo.

«Tengo ganas de verles la cara»

En unos días, volverá a tener cara a cara a los presuntos asesinos y colaboradores en la muerte de su hija. «Tengo ganas de verles la cara, de verlos reflexionar sobre lo que les espera. Si hubieran hablado, las cosas habrían cambiado mucho. Nos habríamos ahorrado mucho dolor», reconoce.

Han sido dos años de sufrimiento indescriptible. La familia intenta «hacer una vida normal». Las hermanas de Marta ya tienen 15 y 13 años y, pese a los intentos iniciales de protegerlas del sufrimiento, están al tanto «de todo». «Tienen que vivir con ello. Se acuerdan de ella, pero no está». El tiempo, detenido, como el dolor que no puede avanzar hasta superar las etapas o estados del duelo –negación, ira, negociación, depresión y aceptación– hacia una aceptación casi imposible de conciliar ante la ausencia «de un cuerpo al que llorar». El cuarto de Marta sigue exactamente igual que cuando se fue. «No es que sea un santuario –prosigue su padre–. Es que no ha habido necesidad de cambiar nada, de hacer hueco en el armario». Eran tres hermanas y había tres camas. Todo intacto. «Las navidades son unas fechas para vivir en familia, cuando te falta alguien no es igual», admite Antonio del Castillo. «El tiempo va cerrando heridas, pero nunca como para poder olvidar».