Barcelona

Bono tiene razón

La Razón
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Entre los pocos del PSOE que han hablado estos días con sentido común está Bono. González y Guerra se pronuncian desde el resentimiento, Zapatero sigue noqueado, Chacón está más inactiva de lo que se esperaba de ella y Rubalcaba mantiene una posición reprobable: tras su batacazo electoral debería haber renunciado a seguir, pero no lo hace porque para él es más importante mantener un cargo que dar ejemplo como Almunia.
Bono habló con racionalidad y desde la autoridad que le confiere no haber perdido unas elecciones. En realidad, todos los demás son perdedores. Zapatero ha cosechado la mayor derrota de su partido en unas municipales y autonómicas. Rubalcaba, el peor resultado en unas generales del PSOE. Chacón ganó en Barcelona, pero su PSC cayó por vez primera ante CiU. López se estrelló en Euskadi, y los demás están fuera de juego por edad –Guerra, González, Cháves, etc.– o tienen tan poca experiencia que es impensable hablar de ellos como aspirantes.
A Bono también le pesan los años y, además, cometió el error de renunciar al Congreso, lo que le deja fuera de juego. Pero Bono dijo bien al plantear que el PSOE necesita una persona moderada, que conecte con la gente, deje de hacer políticas sectarias, huya de la izquierda radical, tenga sentido de Estado, edad de futuro y no le pese el pasado. Bono y Vara tienen ese perfil, pero no acta de diputado. Barreda también, si no fuese por su derrota manchega. Acierta Alfonso Ussía al proponer a Nicolás Redondo Terreros. Sería un candidato perfecto, aunque está fuera de todo. Hay otros dos nombres valiosos: López Aguilar (sólo que está en Europa), y Ramón Jáuregui. Si Rubalcaba fuese generoso y no se empeñara en sí mismo, impulsaría a Jáuregui. Pero no lo hará. Es demasiado para su ego.