Barcelona

«En el nom del pare i del fill i de l'Esperit Sant»

El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, había avanzado que la lengua catalana iba a estar «muy presente» durante la visita del Papa a la Ciudad Condal. Y así fue. Desde el primer instante, Benedicto XVI usó el catalán en la ceremonia de dedicación de la Sagrada Familia.

El Papa habló en catalán en muchos momentos durante la homilía
El Papa habló en catalán en muchos momentos durante la homilíalarazon

«En el nom del pare i del fill i de l'Esperit Sant», comenzó. El Papa se prodigó en el uso de esta lengua en la homilía, en las plegarias, en la unción del altar y de las columnas de la iglesia, en la incensación, en la alocución previa al rezo del Ángelus y, por supuesto, en el momento cumbre de la concesión del título de basílica a la Sagrada Familia. En todos los ritos, el Papa quiso emplear el catalán durante algunos momentos, aunque la presencia del castellano y, sobre todo, del latín fue mayoritaria.

La deferencia lingüística de Benedicto XVI fue cuidadosamente estudiada entre el Vaticano y el Arzobispado de Barcelona, que quiso trasmitir a la Santa Sede la importancia de emplear el catalán durante su estancia. De hecho, el Papa no sólo usó la lengua vernácula durante la dedicación de la Sagrada Familia, sino que también lo hizo durante su visita por la tarde al centro benéfico Nen Déu y en su despedida desde el aeropuerto.

La clase política aplaudió el gesto de Benedicto XVI de usar el catalán. Para el PP y Ciutadans, fue una muestra excelente del «bilingüismo». Y el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, dijo que «un Papa alemán ha hecho más por el catalán que cualquier presidente español».


Juan Pablo II, su antecesor
Ayer hacía justo 28 años que un Papa no visitaba Barcelona. La última vez fue en 1982, cuando Juan Pablo II visitó el monasterio de Montserrat, la Sagrada Familia e incluso el Camp Nou, donde acabó su alocución con un «Que Déu us beneeixi» («Que Dios os bendiga»). El catalán también fue protagonista entonces en parte del sermón de Montserrat. Benedicto XVI no ha querido sólo seguir este ejemplo, sino que lo ha multiplicado. Ayer apostó por el plurilingüismo.