Cuenca

Noelia Mota: «Mis padres me pidieron que me alejara de los toros»

Una brutal caída de una de sus monturas aprisionó a Noelia Mota contra el suelo en Marbella a finales de septiembre. Más de seis meses, medio año largo alejada de los ruedos. Aplastada por su adorado "Piri-Piri", la manchega quedó atrapada durante quince días en la pesadilla de un coma, que mantuvo a España entera en vilo. Afortunadamente, hoy sólo queda el espejismo del amargo sueño de una noche de verano casi marchito en tierras malagueñas. Afortunadamente, la rejoneadora de Tarancón hace el sábado en Navalmoral de la Mata su primer paseíllo tras la gravísima lesión.

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-Por fin ha llegado el día que tanto ha esperado en estos meses.
-Sí, tengo unas ganas enormes de que lleguen ya de una vez esas doce del mediodía del sábado. Volver a vestirme, ir a una plaza, sortear unos toros como otras tardes y sentirme torera completamente de nuevo.


-Faltan cinco minutos para trenzar el paseíllo en Navalmoral, Noelia Mota aguarda ya en el patio de caballo y... ¿En qué piensa?

-Pues... No lo sé, confío en que lo mismo que todas las tardes. Es evidente que es una corrida especial para mí, porque es mi reaparición tras todo lo que he pasado y me encuentro de nuevo con los astados en una plaza... Pero, de pensamientos, voy igual que siempre: quiero hacer las cosas bien y triunfar para si es posible abrir esa puerta grande que busca todo torero. Estoy muy mentalizada y creo que estoy capacitada para ello.


-¿Sabe ya a quién va a brindar su primer toro?

-Sí, tengo una sorpresa preparada, pero no puedo adelantar nada.


-El proceso de recuperación ha sido largo, ¿se le ha hecho eterna la cuenta atrás final?
-Más que largo, muy duro, porque el tiempo que tuve que estar de reposo en casa encerrada fue el que peor he llevado. Yo quería estar en la finca con mis caballos, junto a ellos, cuidándolos y entrenando que es mi sitio. Luego, cuando me dejaron empezar a hacer campo, ha pasado todo más rápido, porque me volqué en la preparación para estar como antes del percance, ya no sólo con los equinos sino, sobre todo, yo misma físicamente.


-¿Cuál ha sido el mejor momento que ha vivido en todo este tiempo?

-Ver que de nuevo puedo montar y que los caballos me están respondiendo muy bien. No están echando en falta este medio año sin torear, porque con los toros también el balance es positivo en las pruebas que he realizado, tanto con las vacas que he tentado como con los cinco novillos que he matado a puerta cerrada. También me quedo con el apoyo de toda España y el sector del mundo del toro, tengo muchísimo que agradecer, porque me han dado ánimos para seguir adelante. Gente que ni conocía, me sigue llamando y mostrando su cariño.


-¿Y el peor?

-El jarro de agua fría que supuso decirme que tenía que ingresar en la Fremap de Majadahonda. Fue un pequeño revés para mí. Acababa de llegar de Málaga hace dos días, de estar ingresada en otro hospital más de un mes, quince días en coma, y me comunicaron que tenía que irme a otra clínica más otros dos meses... Era un golpe difícil de encajar.


-¿En qué consistía la rehabilitación día a día allí?

-Hacía mucha terapia ocupacional. Estaba llena de contracturas por el golpe y tenía cierta atrofia muscular de pasar tanto tiempo en la cama, así que el trabajo de los fisioterapeutas también fue muy importante, porque, además, los abductores también los tenía fastidiados. Otro de los aspectos que más trabajé fueron ejercicios de motricidad.


-¿Y cómo fue el esperado reencuentro con sus caballos?

-Genial. Era lo que yo siempre había deseado desde que desperté del coma y me sentí muy bien al estar de nuevo cerca de ellos. Primero, junto a ellos, y luego compartiendo otra vez el estar unidos delante de la cara de los toros.


-Su padre confesaba aquellos días que no hacía carrera de usted, que se escapaba en cuanto podías a las caballerizas.
-Claro (sonríe), saben lo importantes que son en mi vida. Miraban por mí, había que guardar reposo en casa, aunque tenía muchas ganas de verlos. Sólo me dejaban venir una hora al día a la finca y para mí era lo mejor que tenía cada día.


-¿Trataron de alejarla del rejoneo su familia y sus amigos?

-Sí, mis padres llegaron a decirme: "Noelia ya no toreas más". Pero, me negué y lo respetan. ¿Cómo voy a abandonar por un accidente? Es parte de este mundo.


-¿Qué planteamiento de temporada quiere hacer?

-Estreno apoderamiento con Ángel Bernal y me gustaría acabar con 40 o 50 tardes, pero no tenemos prisa, poco a poco. Este año hemos elegido la francesa de Arles en abril como la plaza de primera a la que acudir y, a partir de ahí, veremos cómo progresamos.


-¿Y la alternativa? Hay rumores de un doctorado en Cuenca con Hermoso y Ventura como padrinos...
-Sí, es cierto, nos lo ofreció la empresa. Pero no la voy a tomar, creo que no es el momento más adecuado para ello, quizás la temporada que viene sería mucho más interesante para mi carrera. Ahora sólo pienso en demostrar que voy seguir aquí y que quiero triunfar cada tarde para ser una figura del rejoneo.