Cataluña

«El presupuesto autonómico ya no da para sanidad ni servicios sociales»

«El Gobierno pretende cargar a los presidentes regionales un segundo recorte social»

«El presupuesto autonómico ya no da para sanidad ni servicios sociales»
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¿Le parece bien que los ayuntamientos más saneados puedan endeudarse más para evitar - la quiebra?
–En unos meses el Gobierno les ha prohibido que se endeuden en 2010. Luego les ha dicho que sí podían hacerlo este año y no en 2011. Y la última novedad es que en 2011 estarán autorizados sólo unos pocos. La política económica sigue siendo la del bandazo y la improvisación crónica, y eso es muy preocupante.

–¿Las comunidades están en una situación tan límite, en quiebra técnica, como buena parte de los ayuntamientos?
–Yo no puedo hablar en nombre de todas las comunidades. En el ejercicio de mi responsabilidad, mi prioridad es que la Administración gallega sea solvente y que se cumpla la norma de que todos los contratos con la Xunta se cobren en una media de 25,5 días, a partir de que se formalice la factura. Me temo que en muchas otras administraciones autonómicas y locales esa norma no se puede cumplir.

–¿Cómo se explica eso cuando las comunidades acaban de aprobar un nuevo modelo de financiación?
–El Gobierno no puede reducir la capacidad financiera de las comunidades sin especificar en qué se debe repercutir la disminución del presupuesto. Da la impresión de que después de aprobar el mayor recorte social de la democracia, ahora pretende que vaya acompañado de un segundo e imputárselo a los presidentes autonómicos. Así, el presupuesto de las comunidades no da para seguir financiando la sanidad, la educación, la justicia, la dependencia, los servicios sociales…

–¿Está proponiendo que dejen de prestar esos servicios?
–No. Lo que pido es que al frente del Gobierno haya gente responsable. A un presidente autonómico se le puede pedir que disminuya en un 50 por ciento sus altos cargos. O que no incremente las plantillas de su administración. O que cumpla la Ley de Estabilidad. Pero no se le puede exigir que pague al Estado los errores del presupuesto de 2008 y 2009 en tan sólo cinco años cuando el Estado paga la deuda pública en 15. Y en un sistema de financiación en el que participamos al 50 por ciento en el IVA y en el IRPF, tampoco se le puede decir que la subida del IVA será toda para el Estado. En un momento de crisis profunda se necesita un Gobierno fuerte, pero lo que hay es un Gobierno desgastado que está provocando también un profundo desgaste del país.

–¿Está de acuerdo con quienes piensan que el Estado autonómico actual, tal y como está planteado, es inviable y tiene que reformularse, e incluso dar marcha atrás en la descentralización?
–No es un problema de modelo, sino de quién lidera el modelo. Por supuesto que hay ineficiencias: veamos cuáles son y corrijámoslas. Pero con estas mismas autonomías, bien lideradas, España consiguió en la etapa de Gobierno del PP un crecimiento que fue un modelo en Europa.

–¿Cuáles cree que son esas ineficiencias?
–Por ejemplo, no es lógico que para instalar una empresa haya que tener en cuenta tres legislaciones superpuestas. Y determinadas transferencias, como la educación, no pueden seguir ejecutándose de manera aislada, sino de un modo coordinado.

–¿Está planteando que el Estado recupere competencias educativas?
–Estoy de acuerdo con su gestión descentralizada, pero no con que cada comunidad tenga su currículum, su plan de formación y sus libros de texto, sin que haya un hilo y elementos comunes para toda España.

–¿Y eso cómo se corrige sin que el Estado recupere poder?
–Con la unanimidad en el Consejo interterritorial.

–Habla de ineficiencias, de falta de liderazgo del Gobierno… ¿y no hay también fallos de gestión autonómica y local, no sólo central?
–También estoy dispuesto a hablar de la gestión o de las duplicidades. El problema es que el Gobierno no llama para hablar de nada. No hay un liderazgo que sea capaz de decirnos «ustedes tienen que rebajar a la mitad su endeudamiento, pero a cambio de esa bajada de ingresos yo les ofrezco una bajada de gastos».

–¿Entiende que los sindicatos convoquen una huelga general?
–Claro que comprendo a los sindicatos teniendo en cuenta los recortes que ha impuesto el Gobierno sin contar con nadie. Estamos ante el mayor recorte de las pensiones o de las políticas indemnizatorias en caso de despido. Y a los empleados públicos se les ha rebajado para siempre su sueldo en un 5 por ciento, algo que repercutirá incluso en su pensión. La función de los sindicatos es velar por los derechos que ha laminado el Ejecutivo, y les entiendo. Pero la huelga general no es la solución. La única salida es que dentro de siete meses, en un ejercicio de austeridad y concentración de gastos electorales, se coloque una tercera urna y los ciudadanos elijan a sus presidentes autonómicos, a sus alcaldes y también a un nuevo presidente del Gobierno.

–Cambiando de tercio, ahí está Cataluña y los límites estatutarios y de competencias delimitados por el Constitucional. ¿Intentará conseguir lo mismo para Galicia con una reforma de su estatuto?
–Cataluña celebrará el 28 de noviembre elecciones y espero que sirvan para iniciar una nueva etapa en la que las prioridades políticas vuelvan a ser los problemas reales de los ciudadanos. Hasta hace unos años Cataluña era uno de los motores económicos de España y un espejo en el que nos mirábamos desde fuera. Hoy ya no lo es y espero que los catalanes reflexionen sobre esto cuando vayan a votar.

–No ha contestado a la pregunta sobre el Estatuto catalán.
–Sería un error copiar lo que no está bien hecho.

–Entonces, no aspira a tener las mismas competencias.
–Yo no quiero un estatuto que suponga un pleito constitucional permanente. Galicia tiene sus propias necesidades y las defiendo, pero también tengo muy presente que formamos parte de un proyecto común que se llama España.

–¿Sería bueno para España que en Cataluña se reeditase el acuerdo entre populares y socialistas del modelo vasco para contener la deriva soberanista del nacionalismo?
–El PSOE tiene que decidir si quiere ser el garante del pacto constitucional o si quiere ser un baluarte del nacionalismo que no respeta el marco constitucional. Lamentablemente, en Cataluña está actuando siguiendo el segundo modelo. En el País Vasco, sin embargo, hay un PSOE que respeta la Constitución y que está cumpliendo con el acuerdo que firmó con el PP para defender las libertades y para recuperar la convivencia.

–Cuando le hicieron la oferta a Patxi López tampoco sabían si les iba a salir «rana» dados los precedentes de la pasada Legislatura, y, sin embargo, se la hicieron. ¿Por qué no al PSC?
–El PSC tiene una deriva tan nacionalista como CiU.

–Entonces no podrán pactar ni con uno ni con el otro.
–En el caso del PSC, no compartimos su deriva nacionalista, pero tampoco sus planteamientos económicos y fiscales, por ejemplo. De CiU nos separan sus planteamientos nacionalistas, pero estamos muchos más cerca en materia económica o social.

–Usabiaga, declaraciones de Eguiguren… ¿Son síntomas de contactos o de una negociación en la sombra con el entorno etarra?
–Me ha preocupado mucho la afirmación de EA de que los últimos movimientos de la banda terrorista son consecuencia de contactos y negociaciones. Yo quiero creer al Gobierno de España cuando los niega. En cualquier caso, ya hemos dicho que seguiremos apoyándole si mantiene la política antiterrorista y busca la derrota de ETA.

–En coherencia con esa disposición, ¿sería más prudente que Jaime Mayor Oreja dejase de sostener que hay una negociación en marcha?
–Jaime Mayor es una persona muy respetada dentro del PP. Ha sido ministro del Interior y tiene información de la lucha antiterrorista. Sólo por eso hay que escucharle con el máximo respeto. Dicho esto, Rajoy ya ha fijado con toda claridad la posición del partido en la Ejecutiva que celebramos en Santiago.

–Por cierto, fue muy llamativa esa foto de toda la plana mayor asistiendo a misa y a una ofrenda al Apóstol Santiago. ¿Usted se sintió cómodo en esa mezcla de política y religión?
–Hace mil años que millones y millones de personas peregrinan a Compostela. Este año sobrepasaremos los ocho millones de visitantes que llegan a la Plaza del Obradoiro. Estamos hablando de un fenómeno europeo, que traspasa fronteras y que está por encima de la religión. El PP quiere ser un partido de mayorías y como tal no se le caen los anillos ni pierde el tiempo en valorar si es políticamente correcto o no el participar de un sentimiento que testimonia la vertebración de Europa. Lo sorprendente es que el presidente del Gobierno vaya a foros de las culturas o a actos empresariales de todo tipo y no haya venido a apoyar el Xacobeo.

–No le habrán invitado.
–La invitación es permanente. Yo me he reunido con la vicepre-sidenta primera y ella se comprometió a respaldarlo. Pero para este Gobierno una cosa es la palabra y otra los hechos.

–En ese Comité Ejecutivo de Santiago estuvo hasta Camps, que falla bastante en las convocatorias de la Ejecutiva. ¿Usted cree que debe ser el candidato por Valencia del PP con independencia de que haya novedades en el ámbito judicial que le afecten?
–Yo he dirigido una misma invitación a todos los presidentes autonómicos y, por tanto, es lógico que Camps estuviera en Santiago.

–Yo le preguntaba por su futuro político.
–Dependerá del PP de Valencia y de los órganos nacionales del PP. Hay que respetar a una persona sobre la que en estos momentos no hay ninguna decisión judicial. Prejuzgar antes de ser juzgado es una gran injusticia.

–Entiendo que su futuro no está escrito ni la decisión de su candidatura tomada. Que ya se verá.
–Un político debe manejar los tiempos en función de los intereses de su partido. Me parece muy bien que el partido concrete las candidaturas en el momento que más le beneficie. De lo que sé, en el partido, en este momento, no hay duda de que Camps es nuestro candidato a la Presidencia de la Generalitat. Camps ha ganado elecciones por mayoría absoluta, creemos en su honradez y, en este momento, es nuestro candidato.