Miguel Domínguez

El «macrobotellón» universitario no se desmadra

El «macrobotellón» universitario no se desmadra
El «macrobotellón» universitario no se desmadralarazon

VALENCIA- Las múltiples quejas de los vecinos del distrito valenciano del Grau no impidieron que ayer se celebrara el «macrobotellón» que los universitarios realizan, casi como un ritual, antes de la época de exámenes. Aunque lo hicieron bajo el nombre oficial de «evento musical con paellas», las bebidas alcohólicas estuvieron más que presentes en el recinto acondicionado para el festival.

Cerca de 10.000 estudiantes se dieron cita en la antigua estación del barrio marítimo. Frente a ellos, un gran dispositivo de seguridad impidió que la fiesta cruzara las fronteras del espacio preparado, de más de 25.000 metros cuadrados. La empresa organizadora habilitó una patrulla de 30 agentes, tres grupos de limpieza, tres ambulancias y tres médicos, mientras que el Ayuntamiento dobló los esfuerzos y acordonó la zona de Policías Locales.

En este sentido, la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, explicó que la única competencia del Consistorio era precisamente el control policial, ya que la concesión del permiso depende de la Conselleria de Gobernación y el terreno es de propiedad privada.

Al respecto, el titular de dicha área, Serafín Castellano, matizó que la Generalitat no autorizó un «botellón» masivo, sino un «evento musical que cumple con la normativa». Pero lo cierto es que, al permitirse la entrada de alcohol, la mayoría de alumnos acabaron la fiesta a las diez de la noche un tanto ebrios. En este sentido, los servicios sanitarios de la organización atendieron cerca de 40 incidentes, la mayoría lipotimias, golpes de calor o caídas.

La nota de color la pusieron los estudiantes, con camisas de los más original. Los de Ade, con el lema «lléname el vaso, me falta liquidez».

 

Comprobarlo personalmente
Con el objetivo de que todo transcurriera con normalidad, el concejal de Seguridad Ciudadana, Miguel Domínguez, se personó en las puertas de la antigua estación. El edil explicó que además de controlar el barrio durante toda la jornada, los agentes vigilaron especialmente que el botellón no se alargara hasta altas horas de la madrugada. «Fomentar que la gente se dedique a beber no es positivo».