Elecciones autonómicas

Los proetarras: «Es hora de parar las órdenes de Madrid»

EH Bildu da a los abertzales un resultado histórico

El histórico dirigente de la izquierda abertzale, Tasio Erkizia, celebra el resultado de los comicios en el País Vasco
El histórico dirigente de la izquierda abertzale, Tasio Erkizia, celebra el resultado de los comicios en el País Vascolarazon

MADRID- Los décimos comicios autonómicos del País Vasco, los primeros que se celebran tras el anuncio del cese de la violencia de ETA –que no entrega de armas ni disolución– han devuelto a los abertzales a la primera línea política. Se ha superado ligeramente lo que apuntaban las encuestas –en torno a 20 escaños– y EH Bildu logra 21, a seis del PNV.
EH Bildu («reunir(se)» en euskera) es una coalición que sigue la estela de Batasuna en forma de franquicia electoral. Ésta siempre se movió entre 9 y 11 escaños en los tiempos más cruentos de ETA y subió hasta los 14 con las elecciones en medio de la tregua fruto de las negociaciones del Pacto de Lizarra.

Una vez ilegalizada Batasuna, el objetivo de sus dirigentes fue permanecer en la Cámara vasca a través de alguna de sus «marcas». Fue el caso de Euskal Herritarrok, Aukera Gustiak o el Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK), que en 2005 logró entrar en el Parlamento vasco con nueve representantes porque el Gobierno socialista, que se encontraba negociando con la banda terrorista, se opuso a impugnar las siglas.

El ascenso de los abertzales se confirmó en los comicios autonómicos y locales del 22 de mayo de 2011 con la toma del poder en un centenar de ayuntamientos y la Diputación de Guipúzcoa. Después, el discurso de su candidata a lendakari, Laura Mintegi, y el del entorno proetarra se habían suavizado, aunque no hayan faltado gestos que han retratado a Bildu. Como ejemplo, las burlas al Rey en Alsasua, las afrentas a la bandera nacional en el Ayuntamiento de San Sebastián y la Diputación de Guipúzcoa o el apoyo a los presos de ETA y el desprecio a las víctimas del terrorismo.

Con este resultado, los abertzales han superado con creces el desafío de los tribunales después de que el Constitucional legalizara Bildu en contra del criterio del Tribunal Supremo.

PERFIL por Gotzone Mora
Una histórica del entramado abertzale
La candidata a lendakari por la coalición EH Bildu ha estado históricamente vinculada a la izquierda abertzale. En ámbito de la política universitaria, en las elecciones anteriores a rector de la Universidad del País Vasco, intentó ser candidata representando a la izquierda abertzale, pero al no ser catedrática de universidad –es catedrática de Escuela Universitaria, concretamente de Magisterio–, no fue aceptada su candidatura. El hecho es que lo intentó y en aquel momento se vio que tenía una fuerza impresionante en ese mundo. Las señas que ella ha defendido continuamente han sido de garantías absolutas para la izquierda abertzale, desde Herri Batasuna hasta Bildu. Su propuesta pasa por que los sectores más duros del entramado ETA-HB le han proporcionado el aval más contundente para representar a ese entorno.
Ha realizado una campaña de baja intensidad porque era consciente de que el voto radical más duro lo tenía asegurado. Y ello era debido a la fidelidad de ese segmento de la población al discurso de Mintegi. Su pretensión en esta campaña ha sido ganar el voto de sectores de EA y PNV, fundamentalmente los que son más moderados, aunque apuestan por una Euskadi independiente, ya que su diferencia respecto a Bildu es que no quieren perfiles marxistas. La candidata abertzale ha pretendido en todo momento dar una sensación de normalidad como si fuésemos un país nórdico cualquiera. Y ha evitado siempre hacer referencia al dolor, al sufrimiento que ha causado todo lo que ella representa a lo largo de las últimas décadas. Ha presentado un escenario en esta campaña de simetría entre el «sufrimiento» de la gente de ETA y el dolor de las víctimas del terrorismo y las personas amenazadas por la banda. Y ha equiparado a víctimas con verdugos, lanzando un mensaje en el que plantea que este «tiempo nuevo» tiene que servir para olvidar el pasado porque, dice, «todos hemos sufrido por igual».