«Ninotchka» Salgado

Estaba convencido de que Salgado había abandonado el fervor izquierdista de sus años mozos para abrazar la sensatez, pero reconozco mi error. Por un momento creí que era como la inolvidable Ninotchka de Greta Garbo, que tras conocer París comprende que el modelo intervencionista y autárquico soviético era un grave error. La utopía de los años universitarios, como les sucede a otros dirigentes socialistas, saltó por los aires. No ha sido así. El «soviet» monclovita se reunió al completo con la asistencia de los camaradas Salgado, Rubalcaba y José Enrique Serrano. Al igual que hacían en la Complutense cuando eran derrotados por la derecha. En esta ocasión no trataron sobre la sucesión, sino que se sintieron como si fueran el comisariado de abastecimiento de la URSS. La gran ocurrencia fue decidir que ahora sólo podremos circular a 110 km. Este tipo de medidas las vivimos durante el franquismo cuando se creía que podíamos ser autosuficientes. Fue un fracaso. Ahora también lo será. No aprenden.