Nueva York

Bajo la luz de McQueen

Mientras el mundo estaba pendiente de la captura de Ben Laden, el Museo Metropolitan seguía como si nada con su programa: por la mañana, pase especial para ver la exposición «Alexander McQueen: belleza salvaje» para miembros, VIP y periodistas.

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Y por la noche, la gala del Instituto del Traje del museo en honor del diseñador británico que se suicidó en 2010 a los 40 años, después del fallecimiento de su madre. En la lista de invitados figuraban la actriz Sarah Jessica Parker, la modelo Iman, el cantante Mick Jagger, el ángel de Victoria's Secret Gisele Bündchen o la actriz española Penélope Cruz, entre otras. Era la fiesta en honor de «l'enfant terrible» de la moda y tampoco podía faltar una de sus alumnas aventajadas, la diseñadora Sarah Burton, encargada de vestir de novia a la duquesa de Cambridge.

Desde que tomó las riendas de esta gala Anna Wintour –la directora de la revista «Vogue», conocida como «biblia» de Nueva York– , si no se estás invitado a esta fiesta, es mejor abandonar la ciudad. Bajo este pretexto no faltó ninguna «celebritie» de renombre: Rihanna, Demi Moore, Paul McCartney, Jennifer Hudson, Jessica Alba, Diane Kruger, Blake Lively, Madonna, Jennifer López, Freida Pinto, Liv Tyler...

Los rostros más populares de la cultura llevaron hasta el prestigioso museo –ubicado en Upper East Side, el barrio más exclusivo de Manhattan– su glamour y también su drama, aunque en algunos casos fuese bastante superficial: mientras la actriz colombiana Sofía Vergara reconocía que «ha sido muy difícil subir las escaleras mientras tenía que posar para los fotógrafos», Madonna expresaba su tristeza por la desaparición de Alexander McQueen. «Le echo mucho de menos. No sólo como persona, sino también como diseñador».

Modelos arriesgados
Esta gala, en la que las estrellas suelen llegar del brazo de sus diseñadores, permite arriesgar con los trajes, aunque a veces el mal gusto también hace acto de presencia. Una de las asistentes que más llamó la atención fue la cantante Fergie, que escogió un terrible estilo a lo sirena gigante. En el lado opuesto, Penélope Cruz, que llegó del brazo de Oscar de la Renta con un precioso vestido negro acabado en cola.

Burton, la invitada de moda
Era una de las imprescindibles en la fiesta del Metropolitan. Primero, porque el homenajeado, Alexander McQueen, fue su mentor y maestro. Y, segundo, porque era su primera gran cita después de que se hiciese público que ella había sido la diseñadora del vestido de novia de la princesa Catalina. Así, Sarah Burton eligió un traje largo en blanco para el encuentro. Puede que fuese su pequeño homenaje a la duquesa de Cambridge y al malogrado McQueen.