Bruselas

Dinamarca dinamita la Europa sin fronteras

Para algunos embajadores europeos, el anuncio danés de recuperar los controles de aduanas, en vísperas del encuentro de los Veintisiete para salvar la erosión de la Europa sin fronteras, llegó como una «inocentada».

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La puñalada de Copenhague en este momento de gran debilidad parecía desbordar la capacidad de respuesta de la UE y su autoridad para garantizar la libertad de movimiento de personas y mercancías, sagrada desde 1995. Los ministros de Interior aceptaron ayer en Bruselas las explicaciones de Dinamarca, cuyo representante dijo que sólo son «controles aduaneros reforzados» para responder a la criminalidad. «Se trata de que las oficinas de aduanas hagan lo que siempre han hecho, verificar si hay drogas, si puede haber armas ocultas, si con los escáneres se detectan cantidades extrañas de personas en vehículos, pero no tiene nada que ver con controles de personas o pasaportes», explicó el responsable de Integración del país, Soren Pind.

Las aclaraciones danesas no despertaron preguntas ni reproches por parte de sus colegas europeos. El ministro húngaro de Interior, Sandor Pinter, dijo que las medidas danesas están en línea con Schengen. Otros, como el responsable alemán de Interior, Hans-Peter Friedrich, añadieron que no están «entusiasmados» con la reacción danesa. Friedrich no ve razones para reforzar los controles de bienes o mercancías. La Comisión está estudiando la medida danesa y ha pedido más información a Copenhague. Pero, ayer, un portavoz ya avisó que la Comisión «no puede aceptar ni aceptará acciones que supongan un paso atrás o amenacen» la libertad de movimiento de bienes o personas. Un grupo de cuatro comisarios (Interior, Aduanas, Mercado Interior e Industria) analiza el paso dado por los daneses. En principio, según fuentes comunitarias, la introducción de controles aduaneros sólo está permitida para responder a eventos de fuerza mayor, como la respuesta a una crisis alimentaria.

Las agendas nacionales, condicionadas cada vez más por una extrema derecha en alza, dejan en la cuerda floja al conjunto de los Veintisiete, incapaces de parar el desmantelamiento progresivo de la UE que marcan estos partidos radicales. Primero, Francia endureció su discurso sobre la inmigración ante el auge del Frente Popular de Marine Le Pen, proponiendo en abril la reintroducción de fronteras internas en casos de oleadas masivas de inmigrantes, lo que ha dejado a Schengen en la cuerda floja. El paso dado este miércoles por el Gobierno de centro derecha danés fue una respuesta a los deseos del Partido Popular Danés (PPD), con un claro discurso anti inmigración, y del que depende el Ejecutivo.

Diplomáticos daneses en Bruselas indican que la medida responde a un acuerdo entre el Gobierno y el PPD para aprobar un paquete económico que Rasmussen quiere pasar antes de convocar elecciones en este 2011. Las mismas fuentes opinan que el reforzamiento aduanero es un claro anuncio para consumo interno danés y que, si bien es cierto que envía una «mala señal» al resto de los socios europeos, no supondrá un cambio sustancial en los controles actuales: «Se trata principalmente de destinar más dinero al control de aduanas».