Estados Unidos

Nada que ver (I) por César Vidal

La Razón
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Como habrán advertido los lectores llevo ya varias semanas informando diariamente sobre la campaña electoral en Estados Unidos. Dado que la función del corresponsal es diferente de la del articulista hasta ahora me he abstenido de formular opiniones sobre lo que por aquí sucede limitándome a calibrar lo más fríamente posible lo que verdaderamente sucede y a informar al respecto a los que tienen la sensatez de comprar La Razón. Sin embargo, reconozco que ver lo que cuentan algunos otros corresponsales me provoca un estupor profundo y una perplejidad indescriptible. A veces, he llegado a pensar si se encuentran en un país muy distinto del que tiene como pabellón las barras y las estrellas o si es que no abandonan la habitación del hotel. Comento todo esto porque existe una mínima relación entre mi amada y añorada España y lo que está sucediendo en Estados Unidos. Me consta que no pocos medios e incluso alguna política de cuota –no me voy a ensañar porque coincidí hace unos meses con ella en un consulado y no sólo no me escupió sino que me saludó con educación– se empeñaron durante años en asemejar a Obama con ZP. Incluso doy fe de que muchos se lo creyeron y estaban que no cabían en sí de gozo. Sin embargo, la realidad es muy diferente. De entrada, en estas elecciones no hay ninguna presencia de la izquierda tal y como se entiende en España. Ni siquiera Michael Moore y otros personajes de pelaje semejante a los que se identifica con ese sector están apareciendo. Aquí –punto número 1– toda la gente decente y sensata es de derechas. Que Romney lo es no se atreverá a negarlo nadie; que también lo es Obama puede sorprender, pero es la pura, sacrosanta veritá que cantaba en mi infancia una simpática italiana. Ambos candidatos insisten, sin el menor complejo, en presentarse como los defensores de la clase media, como los amigos de la pequeña y mediana empresa y como los que han reducido y aún reducirán más los impuestos a todos los ciudadanos salvo que estén podridos de dinero. Aquí no es que ZP – o Rubalcaba – sea impensable, es que Rajoy sería considerado un peligroso socialista por el electorado a juzgar por cómo ha subido los impuestos y cómo mantiene un déficit que en Estados Unidos provocaría motines en las calles. Por lo que se refiere a gente como Mas o Urkullu no tendrían más posibilidad de estar en la política que yo de presentarme al certamen de Miss Universo. De modo que no nos dejemos engañar con los paralelos fáciles. En términos económicos, las elecciones americanas transcurren muy a la derecha del panorama español que, tristemente, se ha convertido para el estadounidense en un paradigma de lo que no hay que hacer. En otras palabras: nada que ver.