Triunfo español en Pésaro

El Festival Rossini ha recuperado su simpática producción de 2009 de «La scala di seta», una de las primeras farsas del compositor, estrenada en Venecia en 1812 e interesante, sobre todo, por contener ya muchos de los elementos que serán desarrollados por el compositor en sus óperas cómicas de madurez. Damiano Michieletto ha llenado de personajes almodovarianos esta historia de enredos amorosos cuyo título hace referencia a los ardides del protagonista para rescatar a su amada de las garras de su tutor a través de una escalera situada bajo el balcón. Si la vez anterior la batuta la empuñó el venerable Claudio Scimone, en esta ocasión el espectáculo se ha beneficiado enormemente de la labor en el foso del maestro español José Manuel Pérez-Sierra.

Este director madrileño –que ya se había presentado aquí con «Il Viaggio a Reims» en 2006, pero que ahora ha asumido uno de los tres títulos principales– dominó con absoluta seguridad a la Orquesta Sinfónica G. Rossini y otorgó frescura y ritmo a la representación, además de ofrecer numerosos detalles instrumentales y un perfecto dominio del estilo, adquirido de maestros como Alberto Zedda, con quien ha colaborado estrechamente en el Centro Plácido Domingo del Palau de les Arts de Valencia. Bajo su mando se desenvolvió con mucha desenvoltura un equipo también eminentemente juvenil, que dio gran agilidad al espectáculo y en el que destacó la soprano israelí Hibla Baggio por su dominio del virtuosismo, al igual que el tenor argentino Juan Francisco Gatell, sin olvidar a Simone Alberghini como su rival amoroso o a Paolo Bordogna en el hilarante criado.

Belleza física y vocal
La mezzo Josè Maria Lo Monaco supo sacar partido de su belleza física y vocal en su breve aria. 40 años después de su histórica recuperación en La Scala de Milán con Claudio Abbado y Teresa Berganza, Alberto Zedda ha creído necesario realizar una nueva edición crítica del «Barbero de Sevilla». El director artístico del festival, además de explicar su postura en el exhaustivo libro-programa con el entusiasmo que le caracteriza, ha querido acompañarla de una versión de concierto absolutamente magistral, que al situar a la Orquesta del Comunale de Bolonia sobre el escenario permitió apreciar todas las sutilezas de la par- titura. Los cantantes, todos en estado de gracia, supieron dar lo mejor de sí, como si estuvieran espoleados unos por otros, desde la Rosina de Marianna Pizzolato al Figaro de Mario Cassi, del Almaviva de Juan Francisco Gatell al Bartolo de Nicola Alaimo, del Don Basilio de Nicola Ulivieri al Fiorello de Clemente Antonio Daliotti, haciendo posible que una obra tantas veces escuchada sonara como por primera vez.