Barcelona

Catalanes que hablan español en la UE

Hablar catalán en la UE es un valor añadido para los cuatro portavoces, aunque en su trabajo usan el inglés y el francés.

El Parlamento Europeo cuenta con la presencia de 50 eurodiputados españoles, 32 hombres y 18 mujeres
El Parlamento Europeo cuenta con la presencia de 50 eurodiputados españoles, 32 hombres y 18 mujereslarazon

BRUSELAS- El azar. Cristina Gallach, Jaume Duch, Amadeu Altafaj y Ferrán Tarradellas coinciden en que ha sido la casualidad la que ha hecho que los cuatro portavoces españoles que trabajan actualmente en las instituciones europeas procedan de Cataluña. En común también tienen su veteranía en Bruselas, ya que todos llevan allí más de una década, y su pasado periodístico, que comparten tres de ellos.«Cada uno hemos llegado por diferentes vías», comenta Cristina Gallach, la portavoz de Javier Solana, Alto Representante para la Política Exterior, y la más veterana de los cuatro. Esta antigua corresponsal de Efe, que llegó a Bruselas en 1993, lleva trabajando desde el año 1996 para Solana en la OTAN. Ahora que su jefe se retira, todavía no sabe qué hacer con las maletas.Los recursos nacionales Gallach, que se ha empapado in situ de los conflictos de todo el planeta, tiene claras las lecciones que le aporta proceder de Cataluña. La España de las autonomías y las relaciones con el Gobierno central «te da más recursos para enfrentarte a conflictos relacionados con la descentralización de poder, como en el caso de los Balcanes, o recientemente en Moldavia». «Te predispone a entender situaciones políticas complejas», añade.Por su parte Ferrán Tarradellas, portavoz del comisario de Energía Andris Piebalgs, entra con cautela en el tema sensible de la lengua. «Obviamente, es un valor añadido cuando nos tenemos que dirigir a un público catalán», dice.«No existe ningún ‘‘lobby'' catalán que haya empujado por nosotros», añade Tarradellas, aunque sí que es cierto que «Cataluña siempre ha mirado mucho a España, el porcentaje de catalanes es alto en las instituciones, y la Comisión Europea cuenta con una antena en Barcelona», completa Altafaj. Más aún, la región es laboratorio de ideas para el futuro de Europa, como las que puso sobre la mesa el grupo de expertos convocados por el presidente de la Generalitat, José Montilla, el pasado fin de semana, entre las que se incluyó la promoción de un espacio económico sólo para doce países del continente.¿Se envuelven en su trabajo diario con la señera? «A mí no me influye», comenta Jaume Duch, que es portavoz del Parlamento Europeo y director de medios de Comunicación de la Eurocámara. «Lógicamente, si el tema que se trata tiene que ver con Cataluña suelo entenderlo más fácilmente, de la misma manera que le pasaría a un extremeño con Extrema-dura», añade.Respecto al polémico tema de la oficialidad del catalán en las instituciones, evitan meter la mano en el avispero, aunque alguno observa con tono de queja cómo existen lenguas oficiales en la UE con menos hablantes, como el maltés. Otros defienden que, por el contrario, lo que hace falta son menos lenguas para trabajar, sobre todo ahora que el inglés es el que domina tras la última ampliación.«Cuando nos vemos hablamos en catalán, pero los e-mails nos los mandamos en inglés o francés, porque siempre hay algún destinatario más», aclara Altafaj.«Rosas por Sant Jordi»Dejando a un lado los temas más sensibles, su catalanidad también se filtra de otras maneras. «Regalo 30 rosas a todas las mujeres del servicio de portavocía de la Comisión Europea el día de Sant Jordi», dice Tarradellas. Gallach tiene bien presente a Barcelona con su taza del Museo Picasso. La tierra también aparece en sus conversaciones en grupo, ya que «los cuatro somos amigos y muchas veces nos juntamos para pasar el día en familia», indica Duch. Ratos que intentan sacar a la UE y el trabajo de la sobremesa aunque, según confiesa, «es imposible».