Toledo

Coto Matamoros pudo haber escapado anoche de España para no ir a la cárcel

Coto Matamoros
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Su gesto serio, taciturno y sombrío hizo pensar lo peor. Sólo hay que conocerle. Fue una buena escenificación de lo más creíble: durante el día de hoy, y donde mejor le pareciese, Coto Matamoros tenía ordenado presentarse para ingresar en prisión y así cumplir los meses de cárcel que le han impuesto por no pagar los 40.000 euros correspondientes a la manutención de su hija mayor. Después de celebrar la verbena de San Juan rodeado de sus íntimos, cumplió lo que anunció el viernes en «¿Dónde estás corazón?». Pero sin los tremendismos que su aspecto serio y cabizbajo hicieron suponer, Dios sea loado. Ayer por la tarde conversé con él y me anunció su propósito de quitarse de en medio a bordo «del avión de un amigo. Salgo hacia paradero desconocido», me aseguró con el humor a prueba de contratiempos. Es incombustible. -En un principio, cavilé entregarme en el penal del Dueso. Pero he resuelto largarme...-No me digas a dónde vas –bromeé–, porque igual lo canto y te pillan antes de salir pitando.-Daría lo mismo: me marcho hoy (por ayer) y sería prevaricación cogerme antes de lo señalado.Después de esta amenaza de no dejarse pillar nuevamente, la actualidad depara algo más festivo: racha de bodones. Tras la del primogénito de Esperanza Aguirre, casi mantenida en secreto, ahora presenciamos el revés de la moneda. Mañana en Oropesa (Toledo), tierra de cotos y grandes propiedades, comienza una boda por todo lo alto que durará el fin de semana. Se recasa Mónica, una de las hijas de El Pocero, que hasta ahora colaboraba con su polémico progenitor como responsable del gabinete jurídico del emporio familiar. Alfredo Urdaci debutará como relaciones públicas del singular constructor, que dejó a medias sus delirios de grandeza para evadirse a Guinea. «Por deseo expreso de los contrayentes, sólo asistirá un fotógrafo, y el domingo, rematado el ceremonial, repartiremos una colección de fotos a los medios», adelanta. Ortega Cano, invitadoSabe lo que hace, no está el horno para bollos ni El Pocero para mucha fiesta. Sigue diluviando en sus pisos de Seseña, aunque aquello sea más desierto que páramo. Se había comentado que el enlace tendría lugar en una de las propiedades de Alberto Cortina, pero nanay. Sin embargo, eso no le restará fasto y expectación al familiar acontecimiento. A sus 34 años, Mónica es la mano derecha de Francisco Hernando, arquetipo del pelotazo inmobiliario. Muchos amigos se lamen las heridas por haber comprado en Seseña a 700 euros mensuales –si yo les contara qué rubia me ofreció esas propiedades como si fuera jauja...–. Seguro que asiste Ortega Cano encabezando el clan Jurado, ahora dispersado por el enfrentamiento –¿o será tan sólo oportuno distanciamiento?– entre Rocío Carrasco y la empachante Rosario Mohedano, digna hija de su alborotadora madre. Parece que no hará carrera.