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Desmontando Hollywood

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Cuando se anunció la publicación en Estados Unidos de «Como una moto. La vida galopante de John Belushi», la expectación fue enorme. «Palyboy» y «The Washington Post» publicaron algunos fragmentos del libro. Pero el resultado final no agradó a todos.

Pese a que aparentemente la investigación podría verse como una biografía autorizada, Woodward tuvo suficiente libertad para anotarlo todo en sus entrevistas con 217 fuentes. Eso hizo que la viuda de Belushi se mostrara enojada con el resultado final. Más extremo fue el actor Bill Murray, también interrogado por el reportero. En declaraciones a «Times» de Londres, en 1988, Murray se preguntó: «¿Éste es el periodista más célebre de América? Debería estar condenado a muerte».

Pese a las amenezas de llevar el libro a los tribunales, nadie se atrevió a dar el paso final. Woodward, que por primera y única vez detallaba sus fuentes, lo conservaba todo perfectamente anotado. Todo ello se conseva en la actualidad en el Harry Ransom Center de la Universidad de Tejas, en el fondo con los papeles de Woodward y Bernstein.

El autor puso nombre a traficantes y consumidores de drogas en Hollywood, sin importarle el estatus y las consecuencias de ese tráfico y esa adicción en esa esquina de Los Ángeles.

Recientemente Woodward habló de toda la polémica con su biógrafa, Alice C. Shepard, la autora de «Woodward and Bernstein. Life in the shadow of Watergate». El aclamado periodista afirmó que «todo el mundo habló extensamente. Dan Aykroyd sobre el uso de la heroína. Judy Belushi sobre sus episodios, caminando sobre este camino de pesadilla. Es una historia muy siniestra. Sí, implacable, pero esta es la manera como ocurrió todo. Está todo documentado. No hubo nada de amistad ni seguridad limpia en ese círculo para salvarlo. Creo que hubiera sido moralmente ofensivo que intentara compadecer con todo esto».

Woodward logró coger con la guardia baja a la cuadrilla que rodeaba a Belushi, especialmente a muchos de sus compañeros de excesos, fueran o no célebres y adorados por el gran público. Él mismo insistió a Shepard que «mis libros son verdad. No es algo así como que resulten verídicos. "Como una moto"estaba muy pesadamente anotado». La edición española del libro aviva la polémica de esos excesos.