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El huracán mafo

La Razón
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Lo que le falta a Zapatero y Elena Salgado es que al gobernador del Banco de España le sigan invitando a participar en más foros económicos. Desde la independencia que a la institución monetaria se le supone, Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha aprovechado el pasotismo de Pedro Solbes en los últimos meses y el silencio de empresarios y sindicatos para convertirse en el único referente de la economía española, con la excepción de los datos que se emiten machaconamente desde el Instituto Nacional de Estadística. Por eso no puede extrañar a nadie que unos días haga de «poli» bueno y otros de «poli» malo; que un día dibuje un panorama aterrador y el siguiente vislumbre señales del final de la crisis. No hay más voz que la suya. A través de ella, unas veces se pone a la derecha de los empresarios y reivindica lo que nunca se le hubiera pasado por la cabeza a la CEOE, y otras, las menos, pasa por la izquierda a las centrales sindicales en su defensa de los derechos de los trabajadores. Lo que Fernández Ordóñez nunca deja es indiferente al auditorio. Por sorprendente que parezca, Mariano Rajoy y el PP han encontrado en el Banco de España su mejor aliado para las sesiones de control al Gobierno en el Parlamento. Para desgracia del Gobierno, la cruda realidad se acerca más a las tesis defendidas por el Banco de España que a las que tercamente y con poco éxito se defienden desde Economía o Trabajo. Basta con echar un vistazo a los datos.