Nueva York

Entregan las Llaves de Nueva York a la tripulación que aterrizó en el Hudson

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, entregó hoy las llaves de la ciudad al capitán Chesley Sullenberger y a los otros tripulantes del avión de US Airways que el 15 de enero amaró sobre el río Hudson y evitó una tragedia aérea. "Aquí tienen a cinco héroes estadounidenses", dijo Bloomberg al presentar a Sullenberger, junto al piloto Jeff Skiles y sus asistentes de vuelo, Sheila Dail, Donna Dent y Doreen Walsh, en una ceremonia en el salón que fuera el despacho del primer alcalde de la ciudad, DeWitt Clinton (1769-1828).
El piloto del vuelo 1549 de US Airways, en cuyo avión viajaban 155 personas a bordo, se vio obligado a acuatizar sobre las aguas del Hudson después de que unos pájaros se metieran en los motores del aparato. "Fue un milagro (...). Ese día que pudo haber sido uno de los más trágicos (para Nueva York) acabó siendo uno de los más triunfantes", señaló el alcalde, al subrayar que la hazaña fue posible "por los muchos años de entrenamiento y dedicación de los equipos de rescate".
El alcalde dio las "gracias"y transmitió la "gratitud"de los neoyorquinos a la tripulación por salvar la vida de "tantas"personas y por evitar lo que pudo ser "una tragedia horrible". Bloomberg regaló a Sullenberger el libro "Just Culture: Balancing Safety and Accountability"de Sidney Dekker, que el capitán del avión, que hacía el trayecto entre LaGuardia y Charlotte, perdió en el accidentado vuelo y que aborda los cambios que EEUU debe de hacer en sus sistemas médicos y legales para mejorar la seguridad médica.
Sullenberger y sus compañeros agradecieron el homenaje de la ciudad, y expresaron su gratitud a los equipos de rescate porque, como indicó el copiloto Skiles: "Nos metimos en el agua, y ustedes nos sacaron". El capitán del vuelo resaltó la rapidez y eficacia de los equipos de rescate, y dijo que se le estaba prestando demasiada atención a él cuando había sido "un trabajo de equipo".
En una entrevista en la cadena de televisión CBS, Sullenberger reveló que sintió "el peor escalofrío, un profundo agujero en el estómago", cuando se dio cuenta de que la única manera de salvar la situación en que se encontraba el avión que pilotaba era hacer un amaraje de emergencia en las heladas aguas del río Hudson.