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La depresión en el embarazo repercute en el sueño del bebé

La Razón
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Las mujeres embarazadas que sufren periodos de depresión durante los nueve meses de gestación tienen más posibilidades de que su hijo padezca problemas para conciliar el sueño durante las dos semanas después del alumbramiento y hasta los seis meses posteriores. Así concluye un estudio publicado en «Sleep». Los resultados indican que los niños nacidos de madres con depresión padecieron los alteraciones significativas del sueño al comparar con otros pequeños no expuestos a este factor. El grupo con riesgo elevado –hijos de deprimidas– tenía un sueño inicial de una hora, seguidos de episodios más cortos que los niños que nacieron de las madres sin depresión. Así, el tiempo de sueño total nocturno era 97 minutos más largo en el grupo si factores de riesgo. En los niños con alteraciones a la hora de dormir también se observó que tenían episodios diurnos del sueño de una duración media más corta.Ya en estudios anteriores se había encontrado que los niveles de cortisol –una hormona que se asocia a los periodos de estrés y máxima tensión– se enceuntran en grandes cantidades durante embarazo y tras el alumbramiento en las madres que han sufrido una crisis depresiva, lo que indica que este nivel de hormona de la madre puede llegar a afectar al sueño del niño.