Bruselas

La UE cierra el grifo a más ayudas

Los líderes europeos rechazan poner más dinero para salir de la crisis. Prefieren esperar a ver el efecto de las medidas ya aprobadas. España pide un plan europeo para combatir el desempleo

Barroso, escoltado por Sarkozy y Zapatero, en la tradicional foto de familia tras la reunión
Barroso, escoltado por Sarkozy y Zapatero, en la tradicional foto de familia tras la reuniónlarazon

BRUSELAS- La crisis financiera está devorando más rápido de lo esperado el vergel del Estado de Bienestar europeo. Sin embargo, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se mostraron ayer reacios en Bruselas, reunidos en el Consejo Europeo de primavera, a incrementar el estímulo económico, que cifran en 400.000 millones, incluyendo las partidas sociales, un 3,3% del PIB europeo.Aunque los líderes continúan sin dar su brazo a torcer, la Comisión Europea empezó a dejar la puerta abierta a nuevos paquetes. «Si es necesario, tendremos que revisarlo en el futuro», indicó el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, ante la gravedad de un horizonte que no para de empeorar desde que lanzaron el plan de recuperación el pasado noviembre. Esta semana, el FMI revisó a la baja sus perspectivas para la economía de la zona euro, pronosticando una caída del 3,2%, frente al 2% previsto en enero.Frente a la resistencia de los Veintisiete, EE UU, expertos como el premio Nobel Paul Krugman y los sindicatos observan la necesidad de un mayor esfuerzo.«Hay que esperar a ver qué efecto han tenido las medidas que hemos aprobado», defendió la canciller alemana, Angela Merkel, hasta ahora la más reticente a poner dinero fresco sobre la mesa, siendo consciente de que la locomotora germana pagaría gran parte de la factura. «No estoy de acuerdo en contestar positivamente a la solicitud de Estados Unidos de un segundo paquete», coincidió el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. España también mantiene que hay que esperar a ver los efectos de las medidas lanzadas.Los socios comunitarios intentan, en sus dos días de reunión, consensuar, igualmente, su discurso de cara a la próxima cita del G-20 del 2 de enero en Londres, priorizando la creación de nuevas reglas más estrictas para la supervisión financiera mundial. Sin embargo, algunas voces han roto la armonía dentro del coro europeo. Así, Gran Bretaña, fuera de la disciplina del grupo de la eurozona, es partidaria de seguir los cánticos de la Casa Blanca. Una respuesta «excesivamente cauta» a esta crisis puede llevar de nuevo al «desempleo masivo y la recesión mundial», indicó el Gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, esta semana.Precisamente, la destrucción de empleo encabeza la lista de prioridades de la Unión Europea. Así lo reconoció el ministro de Trabajo español, Celestino Corbacho, al término del encuentro que mantuvieron los gobiernos de la República Checa, que ostenta la presidencia de turno de la Unión; Suecia y España, que sucederán a los checos en este orden, y la Comisión Europea con los agentes sociales, antes de la reunión con los Veintisiete. Para el responsable de empleo español, «Europa tiene que hacer un esfuerzo mayor del realizado hasta la fecha en políticas de empleo», para lo cual defendió un plan europeo semejante al planteado para afrontar la crisis financiera y económica.Para llegar con sugerencias concretas a la cumbre extraordinaria de empleo, que reunirá a los líderes comunitarios en Praga el próximo 7 de mayo, Madrid acogerá un taller sobre educación el 15 de abril, que se sumará a otros dos que se realizarán en Suecia y Chequia.