El Cairo

Los líderes árabes cierran filas con el dictador sudanés «en busca y captura»

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, no acudió a la cita de la Liga Árabe por discrepancias con el anfitrión.

Omar Al Bashir, flanqueado por los asistentes a la Cumbre de la Liga Árabe celebrada en Doha
Omar Al Bashir, flanqueado por los asistentes a la Cumbre de la Liga Árabe celebrada en Dohalarazon

EL CAIRO- La cumbre anual de la Liga Árabe, que se celebró ayer en Doha, ha puesto sobre el tapete las irreconciliables posturas entre los Estados árabes. La 21ª cita panárabe, destinada a acercar posiciones entre los países moderados y prosirios para afrontar los retos regionales, fracasó en su principal objetivo. La ausencia del presidente egipcio, Hosni Mubarak, promotor del dialogo para la reconciliación entre los palestinos, ha sido un claro desplante al anfitrión de la cumbre, pues Qatar no oculta su aproximación al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas). Tampoco han asistido los líderes de Argelia, Marruecos y Omán por discrepancias. La brecha entre Doha y El Cairo tiene que ver con la actuación de Egipto durante la ofensiva militar israelí en Gaza. El Gobierno qatarí criticó duramente a Mubarak por su apoyo al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas. También el Gobierno egipcio se sintió molesto por los comentarios que hizo la televisión qatarí Al Yazira sobre el rechazo de las autoridades egipcias a abrir el paso fronterizo de Rafah para permitir la entrada de ayuda humanitaria en Gaza.Las facciones palestinas tienen previsto reanudar mañana sus conversaciones en el balneario egipcio de Sharm El Sheij, por ese motivo el «rais» no podía exponerse a que se produjera algún altercado verbal dos días antes de que Hamas y Al Fatah regresen a la mesa de negociaciones. El precavido Mubarak quiso evitar un bochornoso espectáculo como el protagonizó ayer el líder libio, Muamar Gadafi, que llamó «mentiroso» al rey de Arabia Saudí, Abdulá Ben Abdelaziz, un fiel aliado de Estados Unidos. Otro de los momentos más esperados de la cumbre fue el encuentro «cara a cara» entre el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el presidente sudanés, Omar Hasan Al Bashir, que se enfrenta a una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad en la región de Darfur.Apoyo total En su intervención, horas después de que el presidente sirio, Bachar Al Asad, pidiera un «apoyo total» a Bashir, Ban no tuvo más remedio que bajar la guardia y se limitó a pedir a Sudán que readmita a las trece ONG que expulsó tras la decisión de la CPI.En resumen, si en algo se pusieron de acuerdo los ministros de Exteriores y dirigentes árabes en la XXI Cumbre de la Liga Árabe fue en respaldar al presidente de Sudán, Omar Hasan al Bashir. El dictador sudanés, que apeló a los líderes árabes a rechazar la orden de arresto contra él emitida por la CPI, recibió el apoyo total de las 22 delegaciones de los países árabes asistentes.