Sevilla

Morante destellos gloriosos

El diestro de la Puebla da un pase natural a su oponente, ayer en La Maestranza
El diestro de la Puebla da un pase natural a su oponente, ayer en La Maestranzalarazon

Morante confirmó el axioma de que para torear bien es necesario mucho valor. Lo demostró en sus dos toros; se arriesgó a que su primero le tirara un hachazo en el pecho cuando toreaba al natural, a pesar de saberlo. Y al quinto le presentó la muleta en todas las ocasiones, pero no en la corta distancia, sino en la media, donde, si no va el toro muy embebido, ve al torero y hay riesgo. Otro detalle: procuró que los pitones fueran a un palmo de la tela, con las ingles participantes del encuentro. Ese dejarse ir, con la barriga sobresaliendo ligeramente, los riñones al compás y el corazón puesto en juego, emociona, y de qué manera. Al segundo le efectuó una meritoria, bonita y clásica labor, sobre el pitón derecho, el único medio potable. Las cuatro tandas tuvieron decisión y torería. Imprimió arte y personalidad a los remates y trincheras, preciosos. A pesar de saber que el animal se vencía por el pitón izquierdo, lo intentó y sufrió un feo derrote. Labor torera, eficaz y valerosa.Al desigual quinto le encontró la medida a fuerza de aguantar y torear muy bien. Antes, realizó un bello quite por chicuelinas, en el tercio. Al rematar con preciosa media, dejó al burel colocado en suerte, como antiguamente, como debe ser... Tras unos bonitos ayudados, derechazos, con garboso giro de cintura, rítmicos y acompasados, además de ceñidos. Con la izquierda, ya el toro en declive, dos tandas, más cortas pero arriesgadas y bellas. Los adornos finales, perfectos.El tercero, primero de Castella, se echó casi al principio de la faena y se murió; lo apuntillaron. El diestro galo sólo pudo realizar un buen quite por chicuelinas y dos tandas diestras con la muleta. El sexto se rajó casi desde los comienzos de la faena, iniciada con cuatro impávidos estatuarios. Los primeros derechazos, tres, hicieron concebir esperanzas. Pero la res se rajó y huyó a tablas. Finito, con el descastado y flojo primero, tres o cuatro muletazos de tanteo y, sin más, a matar. Al menos, hay que intentarlo, pero... La faena al buen cuarto, vergonzosa. Muchos pases, más bien trapazos, fuera de cacho y sin ganas. En un cite con la izquierda sacó el engaño demasiado hacia fuera y el toro, que era muy noble, no tuvo más remedio que acosarlo. Lástima de animal que dejó escapar, y en la Maestranza. Sin más comentarios ¿ para qué?.

EL CARTEL DE HOYSe lidian toros de Daniel Ruiz para Rivera Ordoñez, El Juli y Manzanares