Feria de Málaga

Rubén Pinar abrió la puerta grande

Rubén Pinar abrió la puerta grande
Rubén Pinar abrió la puerta grandelarazon

- Valencia. 7ª de feria. Toros de Peñajara, de aceptable presentación y manejables en general; destacaron 3º y 6º. Media entrada en los tendidos.- Salvador Vega, de blanco plata, estocada, aviso (vuelta); pinchazo, estocada, aviso (silencio). - Luis Bolívar, de blanco y plata, estocada tendida (silencio); dos estocadas bajas, dos avisos (silencio). - Rubén Pinar, de blanco y oro, pinchazo, estocada baja (oreja); estocada baja (oreja).

Rubén Pinar fue el único que puso ganas en su quehacer. Verdad que le tocó el lote bueno de la corrida, pero también el muchacho, con sus defectos técnicos, salió dispuesto al triunfo, actitud que se nota desde el primer capotazo. A pesar de ello muestra el defecto de torear muy en la pala del pitón, lo que no se acusó porque sus dos enemigos repitieron las embestidas. Salvador Vega dejó escapar un buen primer toro y, cuando quiso rectificar en el cuarto, no encontró tantas facilidades. Bolívar, con señales de estar muy toreado, adoleció de alegría y genio en sus actuaciones; por ello no redondeó una tarde muy importante para él.La faena de Pinar al sexto fue más meritoria que la del primero, porque el toro exigía más que el anterior al que dio muchos muletazos voluntariosos pero por debajo de la calidad de su oponente. Debe corregir el defecto de citar en la pala del pitón, lo que resta emoción al lance. Lo suplió con un entusiasmo digno de elogio. Lo mejor de su labor al sexto fueron dos tandas con la izquierda, bien situado y rematando los pases atrás. Después, mucho pundonor y arrestos, especialmente en la estocada. Vega realizó al buen primero una larga faena sin ningún olé por parte de la grada. No obstante, tras la estocada pidieron la oreja con fuerza y el presidente, con buen criterio no concedió. Su labor con el cuarto, rebrincado pero manejable, tampoco sobresalió. Voluntarioso pero fuera de cacho, como es habitual en él, alargó la faena y aburrió.Bolívar con el segundo, que embestía a media altura, tampoco se cruzó y los muletazos resultaron desangelados y sin vibración. Tras excelentes lances y vistoso quite comenzó la faena al quinto, que embestía a media altura pero bien, en el centro del ruedo con pases cambiados por la espalda. Luego, muletazos por ambos pitones sin demasiada emoción. Mal con la espada.