Audiencia Nacional

Solomillo para ETA

La Razón
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Una de cal y otra de arena. Así se percibe desde el nacionalismo vasco más radical la postura de las instituciones del Estado. Mientras el Gobierno de Zapatero parece convencido de combatir a ETA con todos los medios de la Ley, el Tribunal Supremo rebaja el listón para algunos de los 47 condenados por la Audiencia Nacional por el «caso Ekin». Un caso que traerá cola. KAS, Ekin y Xaki forman el entramado organizativo, directivo, ideológico y financiero del terrorismo. Tras una larga investigación, no exenta de vaivenes, en 2007 la Audiencia Nacional condenó a 47 de los 56 acusados de pertenecer a ETA a través de esas siglas. El jueves el Supremo absolvió a nueve, al tiempo que ordenaba el ingreso en prisión de ocho terroristas cuyas condenas se confirman y que estaban en libertad bajo fianza. La tentación de casi todos los Gobiernos ha sido favorecer en ETA escisiones aplicando medidas de gracia o posibilitando desde la fiscalía condenas leves o absoluciones. Cada vez que se ha hecho, el resultado ha sido el contrario del previsto: ETA siempre interpreta la benevolencia como debilidad, como resultado de su propia fuerza. Sarkozy, el cacareado amigo francés de Zapatero, lo ha dicho: no hay tolerancia posible con el terrorismo. La impresión que puede dar esta sentencia es la de un Gobierno predispuesto a viejos errores. Pero no es el momento para la debilidad.