Europa
Bruselas expedienta a Londres por no designar a su comisario
La Comisión Europea da de plazo a Boris Johnson hasta el 22 de noviembre. Los candidatos francés y rumano superan el examen de la Eurocámara, pero el húngaro deberá responder un cuestionario
Pocas veces un candidato al Ejecutivo europeo ha soportado tantas trabas para poder ocupar su oficina en el edificio Berlaymont de la capital comunitaria. Después de un primer retraso de un mes, la presidenta electa, Ursula von der Leyen, sigue sin tenerlas todas consigo para suceder al luxemburgués Jean Claude Juncker el próximo 1 de diciembre, aunque ni ella ni su equipo han tirado todavía la toalla. El último obstáculo se llama Brexit.
Este pasado miércoles por la noche, el embajador británico en Bruselas informó a sus colegas de que Reino Unido no piensa nombrar a un candidato para formar parte del Ejecutivo europeo. Este anuncio vino acompañado de una carta en la que se explicaba que esta negativa estaba fundada en el ordenamiento jurídico británico, que prohíbe este tipo de nombramientos a un Ejecutivo en periodo electoral. La carta, cuyo texto integro no se ha hecho público, también recalca que en ningún momento Londres está intentado ocasionar ningún daño a la puesta en marcha de la Comisión Von der Leyen. De hecho, Reino Unido promete realizar este trámite después de las elecciones del 12 de diciembre.
Hasta el momento, Londres no había dado este paso, ya que pensaba abandonar el «club» comunitario el pasado 1 de noviembre, pero la prórroga hasta el 31 de enero cambia las situación. De hecho, Londres aceptó esta extensión concedida por los Veintisiete a cambio de cumplir con este deber, ya que seguirá formando parte de la UE.
Aunque lo más lógico en estas circunstancias sería un nuevo retraso hasta el 1 de enero –el primero llegó tras el rechazó por parte de la Eurocámara a los candidatos de Francia, Hungría y Rumanía–, el equipo de Von der Leyen ha decidido pasar a la acción y no conformarse con las explicaciones de Londres. El Ejecutivo comunitario acordó este jueves abrir un procedimiento de infracción contra Reino Unido por no cumplir con la legislación europea. En el comunicado difundido ayer, la Comisión Europea recuerda que «un Estado miembro no puede invocar la disposiciones de su ordenamiento nacional para justificar su fracaso en cumplir las obligaciones derivadas de la ley europea» y da un ultimátum a Reino Unido hasta el día 22 de noviembre para que cambie su postura. Si no lo hace, el Ejecutivo comunitario continuará con este expediente a través de un dictamen razonado.
El mensaje no puede ser más contundente. Si Bruselas hubiera sucumbido a las demandas británicas, esto hubiera implicado aparecer como rehén de las convulsiones políticas al otro lado del Canal de la Mancha y no cumplir su papel de guardiana de los tratados, con las implicaciones legales que esto podría tener para la nueva Comisión Von der Leyen. En la medida de lo posible, las instituciones europeas han intentado no verse arrastradas por el huracán británico.
Además, este nuevo retraso coincidiría con un momento delicado ante los tambores de recesión –que Alemania ha sorteado por la mínima– y la amenaza del recrudecimiento de la guerra comercial. Por no hablar de la fragilidad de la OTAN, una alianza militar que cuestiona hasta el propio presidente francés, Emmanuel Macron.
No se sabe qué sucederá si Londres mantiene su negativa. Aunque la ley europea exige que cada país tenga un representante mientras continué formando parte del «club» europeo, el Tratado de Lisboa también permite cambiar esto último si las capitales lo aprueban por unanimidad. En la práctica, hay comisarios que se ven obligados a abandonar su puesto antes de que termine su mandato y el propio Juncker ha evitado nombramientos los últimos meses de la legislatura para evitar que un nuevo miembro del Ejecutivo comunitario disfrutase de ciertos derechos relativos a su jubilación tras un paso fugaz por Bruselas.
Si el procedimiento de infracción continúa hacía delante, la última palabra la tendría del Tribunal de Justicia de la UE que podría acabar imponiendo una multa a Londres que solo sería pagada si la decisión final llega mientras siga formando parte del «club» comunitario.
Pleno del 27 de noviembre
Pero Londres no es el único obstáculo de Von der Leyen. Tras el nombramiento de tres nuevos candidatos por parte de Budapest, Bucarest y París, este jueves tuvieron lugar los nuevos exámenes de la Eurocámara. Los dos últimos consiguieron pasar la luz verde del Parlamento Europeo a pesar de que los socialistas habían mostrado anteriormente su malestar por el pasado como hombre de los negocios del candidato galo, pero Thierry Breton acudió a su cita con el Parlamento Europeo habiendo vendido todas sus acciones en empresas que pudiesen suponer un conflicto de intereses con su cartera.
Sin embargo, la candidatura del húngaro Oliver Varhely permanece en suspenso debido a sus lazos con el primer ministro, Viktor Orban. Los eurodiputados consideran que los vínculos del líder húngaro con Vladimir Putin imposibilitan que su candidato pueda hacerse cargo de la cartera de Ampliación y la relaciones con países como Ucrania.Varhely deberá responder un cuestionario por escrito antes del lunes a mediodía y puede que deba someterse a una nueva audiencia si no resulta convincente. La posibilidad de un nuevo rechazo continúa abierta, lo que impediría que todo el Colegio von der Leyen fuera refrendado el 27 de noviembre, justo a tiempo para iniciar su mandato el 1 de diciembre.
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