Política

Irán

La subida del precio de la gasolina incendia Irán

Más de mil detenidos y 36 muertos en las protestas de este fin de semana por el incremento de los combustibles, que se han triplicado. El Gobierno justifica la retirada de subsidios por las sanciones de EE UU

Aftermath of protests over increasing fuel price
Varios curiosos contemplan un autobús incendiado en la ciudad de Isfahan durante las protestas de la pasada nocheSTRINGEREFE

Oriente Medio vive la mayor ola de protestas que se recuerda desde la fallida Primavera Árabe. Irak, Líbano, Kuwait y ahora Irán por la subida de los precios de la gasolina. Las protestas en la República Islámica no son nuevas, ya hubo manifestaciones violentas entre diciembre 2017 y enero 2018, y desde que Estados Unidos salió del acuerdo nuclear el año pasado, Teherán no levanta cabeza. Aunque los ánimos parecen haberse calmado desde ayer, la difícil situación económica que atraviesan los iraníes podría hacer saltar la chispa otra vez.

Desde la retirada de EE UU del pacto nuclear, y las consiguientes sanciones económicas, el PIB ha registrado una caída de 10%, los precios de los productos importados se han cuatriplicado y los ingresos de la clase media se han reducido a la mitad.

A la crisis económica agudizada, en parte, por las restricciones de Washington a las exportaciones del petróleo iraní, se une el desencanto de una parte de la población iraní, especialmente los jóvenes, cansados del «establishment» religioso y la corrupción, lo que ha dividido más a la sociedad entre los que apoyan el reformismo del presidente Hasan Rohini, y los ultraortodoxos Guardianes de la Revolución.

El Gobierno iraní decidió que la única forma para paliar la crisis era «reducir los subsidios» de la gasolina e imponer un racionamiento de 60 litros mensuales a cada conductor por un precio de 15.000 riales (0,15 dólares), una medida que ha hecho explotar a los iraníes. Hasta el día 15, el precio de la gasolina era de 10.000 riales (0,10 dólares), pero el viernes el combustible pasó a costar 30.000 riales, casi el doble.

Desde entonces, las principales ciudades han vivido manifestaciones masivas que han incluido cortes de carretera con barricadas y quema de neumáticos, así como actos vandálicos con ataques a bancos, sedes oficiales o gasolineras.

Como medida de presión, las autoridades han puesto restricciones a internet y son pocos los activistas y manifestantes que han podido subir sus vídeos a las redes sociales debido a su bloqueo. Sin embargo, algunos vídeos escaparon a la censura de internet. Masij Alineyad publicó uno en el que se veía a jóvenes corriendo para escapar de las Fuerzas de Seguridad mientras gritaban «Jamenei serás juzgado en la corte». Noshin Rad escribió en un tuit que «el aumento del precio del combustible es una excusa para que la gente de Irán salga a la calle. Están mostrando al Gobierno fascista y al mundo que ¡están hartos!»

Las protestas se han cobrado un saldo 36 muertos, entre ellos un agente de las Fuerzas de Seguridad, y un millar de detenidos, lo que ha provocado un rechazo internacional por el uso de la violencia. A las críticas de Washington el Gobierno iraní respondió ayer acusando a Washington de incitar las protestas. «El objetivo de Estados Unidos frente a Irán no es otro que perturbar su seguridad y prender fuego a los intereses de la nación iraní», denunció el presidente del Parlamento, Ali Lariyani.

Las protestas han sido especialmente violentas en el Kurdistán, la región iraní fronteriza con Irak, donde como medida preventiva el Gobierno iraquí ha decidido cerrar su frontera con Irán, pero mantiene la circulación de mercancías. Las autoridades también han cerrado el metro en Teherán e Isfahán para evitar el movimiento de manifestantes. La agencia oficial de noticias Fars informó de que 60 autobuses y cinco estaciones de metro sufrieron daños durante las protestas en Isfahan.

El presidente Rohani ha justificado las medidas de austeridad, que han recibido la aprobación del líder supremo, Ali Jamenei, alegando que son para «apoyar a las familias de bajos ingresos en la actual situación de sanciones económicas» impuestas por Estados Unidos. Rohani prometió ayer que empezará a liberar los pagos retrasados para 20 millones de iraníes.

El jefe del Ejecutivo iraní defendió que el dinero recaudado será destinado a las clases más desfavorecidas y que la medida es necesaria para evitar el contrabando de combustible y estabilizar el presupuesto como consecuencia de las sanciones de EE UU.