Política

Beirut

Miles de manifestantes bloquean la Asamblea libanesa e impiden aprobar una amnistía a políticos y criminales

La iniciativa parlamentaria aviva las protestas después de un mes de caos y con un país sin gobierno tras la marcha de Saad Hariri

Anti-government protests in Beirut
Un manifestante con la bandera libanesa junto a un fuego que bloquea la carretera que lleva al ParlamentoWAEL HAMZEHEFE

Shawen se apuntó como una victoria de los manifestantes el haber conseguido boicotear este martes la votación parlamentaria para aprobar una controvertida ley de amnistía general. “Hemos logrado frenar a los diputados para votar unas leyes que van en contra de nuestras demandas. Exigimos medidas para acabar con la corrupción y que la élite política rinda cuentas ante la justicia y nos vienen con una amnistía para estos criminales”, se quejó Shawen.

Desde primeras horas de la mañana, miles de manifestantes se concentraron en las calles del centro de Beirut para bloquear los accesos al Parlamento libanés e impedir que los diputados consiguieran llegar a la Cámara.

A medida que se acercaba la hora en la que se debería haber celebrado la sesión, los ánimos se fueron calentando y hubo varios disturbios y enfrentamientos con las fuerzas del orden. Varios manifestantes resultaron heridos cuando intentaron saltarse el cordón policial o cortar con tenazas los alambres de espino que bloqueaban las calles adyacentes a la plaza de la Estrella, donde se asienta el Parlamento.

La sesión de la Asamblea, que ya se había pospuesto desde la semana pasada, por razones de seguridad, tenía como orden del día discutir una nueva ley de amnistía y otras enmiendas que los expertos en leyes consideran anticonstitucionales.

“No se puede aprobar una ley en un país que no hay Gobierno. Lo primero que tienen que hacer es formar Gobierno. Además, la ley de amnistía general beneficiará a los políticos que están siendo juzgados o que podrían ser juzgados en el futuro por delitos fiscales y financieros”, explicó a la RAZÓN Nizar Sagieh, abogado de la ONG Legal Agenda.

Sus señorías también tenían previsto votar para la constitución de un tribunal anticorrupción, una de las demandas de los manifestantes, pero el problema, precisó Sagieh, es que ya existía una comisión nacional anticorrupción desde 2008 y que el presidente Michel Aoun había enmendado pidiendo que el plaantel de jueces fuera elegido por los propios parlamentarios y la votación para su constitución nunca se llevó a cabo.

Ahora, señaló el abogado de Legal Agenda, el tribunal “también estará constituido por jueces elegidos por los diputados, lo que se traduce a que no habrá independencia judicial para los casos de corrupción”.

Si bien los manifestantes se apuntaron como un tanto el que se volviera a posponer la votación para la ley de la amnistía general, en la decisión también tuvo que ver que los diputados del partido cristiano de Las Fuerzas Libanesas y los drusos del partido Socialista progresista boicotearan la sesión y no se presentaran.

En medio de estas divisiones políticas está la falta de cuórum para elegir nuevo primer ministro. Este martes el presidente Aoun trató calmar los ánimos de la multitud, y dijo que "el nuevo gobierno será político e incluirá especialistas y representantes del movimiento popular".

El presidente reconoció que "las consultas parlamentarias no se establecieron aún porque primero tenemos que eliminar los obstáculos que enfrenta la formación del gobierno y la designación del primer ministro".

El ex primer ministro libanés Saad Hariri
El ex primer ministro libanés Saad HaririMarwan Naamani/dpaMarwan Naamani/dpa

Tres semanas de protestas

Saad Hariri presentó el 29 de octubre su dimisión como primer ministro en respuesta a la presión de las manifestaciones contra su Ejecutivo y contra su decisión de crear nuevos impuestos, incluida una tasa por el uso diario de la aplicación de mensajería móvil Whatsapp.

Desde entonces, los manifestantes han mantenido sus movilizaciones y han reclamado la salida de toda la élite política que ha gobernado el país desde el final de la guerra civil (1975-1990). La ola de protestas llega precisamente en un momento en el que el país de los cedros está sufriendo la más grave crisis económica y financiera de las últimas décadas.

Al menos, los bancos libaneses han vuelto a abrir sus puertas tras una huelga de una semana y en la que los trabajadores se han negado a reincorporarse a sus puestos de trabajo por temor a sufrir agresiones en la capital.

Este lunes, la Asociación de Bancos anunció que establecería nuevos controles y limitaría las retiradas de efectivo a 1.000 dólares por semana, permitiendo únicamente las transferencias a otros países por "temas urgentes". Este martes, la mayoría de los bancos solo han permitido a sus clientes retirar de sus cuentas un máximo de 500 dólares.