Cataluña

Cataluña y Escocia, ¿son casos comparables?

Ambos territorios reclaman su independencia, pero los factores históricos, políticos y sociales no son iguales para los dos

Cataluña y Escocia desafían a Reino Unido y España por sus deseos independentistas
Cataluña y Escocia desafían a Reino Unido y España por sus deseos independentistaslarazon

Hoy hemos conocido dos noticias que marcan un antes y un después en los deseos nacionalistas de Cataluña y Escocia. Por un lado, el Tribunal de Justicia de la UE avala que Oriol Junqueras, líder del partido independentista Esquerra Republicana, tenía inmunidad desde el momento en que fue elegido eurodiputado el pasado 26 de mayo. Una sentencia que puede tener repercusiones directas en los recursos planteados por Carles Puigdemont y Toni Comín. El dictado del Tribunal de Justicia frena de esta forma el proceso de eurorden que pesa sobre estos tres políticos, abriendo la posibilidad de que vuelvan a España para ocupar su cargo.

Al mismo tiempo, al otro lado del Canal de la Mancha, la principal ministra de Escocia, Nicola Sturgeon ha solicitado formalmente un nuevo referéndum de independencia al gobierno de Boris Johnson. Un desafió apoyado en el gran porcentaje de votos obtenidos por el Partido Nacionalista Escoces (SNP) en las pasadas elecciones generales del 12-D. El SNP obtuvo 48 de los 59 escaños en ese territorio. Johnson se ha mostrado reacio a llegar a ningún tipo de acuerdo que conlleve una secesión, alegando que ya se votó sobre el tema en el año 2014. En dicha votación, el “no” a la independencia se impuso al “sí”, con un 55%.

En cualquier caso, muchos hablan de un paralelismo entre estas dos naciones que reclaman su soberanía. Sin embargo, solo comparten el objetivo final, la independencia, pero no así el resto de características que definen a un pueblo.

Alex Salmond, ministro principal de Escocia, durante una conferencia en la que celebra el permiso para celebrar el referéndum de independencia
Alex Salmond, ministro principal de Escocia, durante una conferencia en la que celebra el permiso para celebrar el referéndum de independencialarazon
  • Cataluña nunca fue un país o territorio independiente. Escocia, sí.

El territorio de Gran Bretaña fue durante siglos un reino independiente, hasta que se unió a Inglaterra y Gales para formar lo que hoy conocemos como Reino Unido, allá por el año 1707. Se llegó a un acuerdo entre esos países, como si de un tratado internacional se tratase. Tiempo atrás, Escocia e Inglaterra se habían enfrentado por la independencia, que había llevado a los segundos a invadir el territorio de los primeros. La guerra ocurrida en torno al siglo XIII se saldó con la victoria de Escocia, manteniendo un estado libre. Además, cuentan con sus propios héroes nacionales, tal vez el más reconocido es William Wallace.

El caso de la Comunidad Autónoma es diferente. No hay pruebas históricas de ningún tipo que respalden que Cataluña haya sido un país independiente. Los historiadores mantienen la idea de que siempre formó parte de la corona de Aragón, incluso cuando los territorios pirinaicos pasaron de ser del Imperio Carolingio a Aragón. En 1137 Cataluña se unió definitivamente a Aragón. Tres siglos después, en 1479, volvería a celebrar una unión, esta vez con la corona de Castilla.

  • El referéndum escocés fue legal y consensuado, pero en España la Constitución no contempla la secesión

Posiblemente la diferencia más notoria entre los dos casos. El reclamo de independencia de los escoceses en 2014 fue previamente pactado con el gobierno de Reino Unido. Esto se debe a que su Constitución sí contempla una posible separación del territorio. Dependerá de cualquier modo a lo que decida el Parlamento británico, que es la máxima autoridad.

Reino Unido no tiene una Constitución como tal, sino que consiste en una serie de documentos a las que fue añadiéndose convenciones y acuerdos con el paso del tiempo.

Los británicos llegaron a un acuerdo en Edimburgo para celebrar la fecha de la primera votación. No ocurrió lo mismo con los catalanes. Puigdemont, al frente de la Generalitat, nunca tuvo intención de llegar a ningún acuerdo para solucionar de manera legal el conflicto.

La legalidad juega un papel importante en esta historia. En España no es posible celebrar consultas de independencia porque la propia Constitución lo prohíbe. En la Carta Magna se proclama la indivisibilidad de la nación y atribuye al Estado, formado por la Corona, el Gobierno y las Cortes, la competencia exclusiva en materia de referendos. Solo si, en un proceso constituyente, el pueblo soberano habilitase la posibilidad de fragmentar el estado, podría darse una modificación de la Constitución. Por tanto, la decisión de si Cataluña puede votar sobre su independencia corresponde al pueblo español.

No es el único caso en Europa, ya que gran parte de los países comunitarios tienen una Constitución similar a la de España.

Ambos países muestran claramente su oposición al estado
Ambos países muestran claramente su oposición al estadolarazonAndrea Fernández
  • El fin justifica los medios

La comunidad autónoma viene aumentando las tensiones con los distintos gobiernos que han ido pasando por la Moncloa. Un problema que no han logrado achacar ni PP, ni PSOE en sus legislaturas.

Al mismo tiempo que el nacionalismo catalán ha optado por presionar cada vez más al gobierno de España. Se ha dado una gran radicalización del movimiento separatista. Prueba de ello es que ha pasado de estar representado por partidos políticos, veáse JuntsxCat, ERC o la CUP, a organizar grupos de acción y protesta, que en los últimos meses han sembrado el caos en Cataluña y Barcelona, en concreto. Hablamos de los Comités de Defensa de la República (CDR), Tsunamic Democratic, entre otros grupos de protesta.

Como consecuencia de estas acciones, 12 políticos han sido condenados. Nueve de ellos por sedición, previsto en el código penal.

En Escocia ningún político independentista se ha saltado la Ley para acelerar la separación de Reino Unido.

Manifestantes durante los disturbios que se produjeron tras la protesta contra las condenas a los líderes del procés.
Manifestantes durante los disturbios que se produjeron tras la protesta contra las condenas a los líderes del procés.Toni AlbirEFE