Epidemias

Confirmado un nuevo caso de ébola en República Democrática del Congo

La detección se produce a dos días de poder declarar el fin del brote, que se ha cobrado la vida de 2.264 personas desde agosto de 2018

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Mientras la comunidad internacional combate el coronavirus, África hace frente a epidemias más letales. El Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) confirmó un nuevo caso de ébola, después de 52 días sin notificar ninguno, y a solo dos días de poder declarar finalizado el brote más letal que ha padecido el país, en el noreste.

"A dos días de la declaración del fin de la epidemia de ébola en nuestro país, nuestros equipos confirman este viernes 10 de abril un nuevo caso en la provincia de Kivu del Norte, en Beni", informó el Comité Multilateral de la Respuesta al Ébola (CMRE) en un comunicado.

La epidemia, declarada el 1 de agosto de 2018 y que ha afectado a tres provincias del noreste del país -Ituri, Kivu del Norte y Kivu del Sur-, contaba hasta ahora con 3.310 casos y 2.264 muertes.

"Nos estábamos preparando para esto y esperábamos más casos", admitió el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en su cuenta de Twitter.

A pesar de que la última paciente de ébola, Semida Masika, fue dada de alta el pasado 3 de marzo en Beni, el Gobierno y los equipos de respuesta han seguido recibiendo alertas de posibles casos y han realizado más de 2.000 pruebas, de las cuales todas habían resultado negativas hasta ahora. El nuevo paciente es un hombre de 26 años, según reportan medios locales, que no especifican dónde o cómo se ha podido contagiar.

Sin embargo, la OMS venía alertando de que, debido a la inseguridad del territorio, donde existen "zonas rojas" donde los equipos médicos y de seguimiento no pueden entrar, y la dificultad de seguimiento de la situación durante estos casi dos años, la posibilidad de que se detectasen nuevos casos era muy alta.

La epidemia alcanzó su pico más alto entre marzo y septiembre del año pasado, cuando la OMS la declaró emergencia sanitaria internacional, después de detectar varios casos en Uganda, que fueron repatriados al Congo. Se trata de la epidemia de ébola más letal y más grande que ha sufrido la RDC, donde la enfermedad es endémica, y la segunda más grande del mundo después de la de África occidental de 2014-2016, que dejó más de 11.000 muertes.

Sin embargo, y a pesar de contar con dos vacunas y un tratamiento que ha mostrado buenos resultados, la tasa de letalidad de este brote, que llega casi al 60%, es mayor que la de otras epidemias y que la de África occidental. Muchos de los fallecidos han muerto en sus casas y sus comunidades, por el temor de acudir a los centros de tratamiento, y varios hospitales y equipos de respuesta han sido atacados durante estos meses.

“La respuesta [al brote] no puede ser etiquetada como algo más que un fracaso sistemático y catastrófico que dejó miles de muertos”, consideraba Médicos Sin Fronteras (MSF) la semana pasada en un comunicado. “Cuando acabe, podremos decir ‘Gracias a Dios que ha acabado y que la población no tiene que sufrir más’, pero no podremos celebrar un gran trabajo”, explicó hoy a Efe la subgerente de programas de ébola de MSF, Trish Newport.

Un 90% de mortalidad

La OMS recomienda esperar dos periodos completos de incubación (42 días) desde que el último paciente dé negativo por segunda vez o, en caso de fallecimiento, el día después de ser enterrado, antes de declarar el fin del brote.

El brote comenzó el 1 de agosto de 2018 en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, donde el control de la epidemia se ha visto obstaculizado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la zona. Se extendió a grandes ciudades, como Beni o Butembo, y también se detectaron casos -que fueron rápidamente controlados- en la vecina provincia de Kivu del Sur, y en Uganda.

El virus del Ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90% si no es tratado a tiempo.