Venezuela

“Venezuela caerá en manos de las mafias al estilo talibán”

Antonio de la Cruz, director ejecutivo del Inter American Trends, cree que su país se convertirá en un estado fallido si Maduro no se aparta para propiciar una transición

Antonio de la Cruz
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Antonio de la Cruz, director ejecutivo del think tank Inter American Trends, esboza su visión de Venezuela todas las semanas desde su columna en el diario El Nacional. Este ingeniero trabajó durante años en la industria petrolera del país caribeño hasta 2002, cuando el entonces presidente Hugo Chávez purgó a los mandos de las empresas petroleras del país. De la Cruz sostiene que su país se enfrenta a la posibilidad de un estado fallido dominados "por señores de la guerra” si en los próximos meses no se da una alternativa hacia un proceso de transición.

¿Qué salida vislumbra para Venezuela en esta crisis económica, política y ahora sanitaria?

La mejor salida en este contexto es una como la propuesta por el Departamento de Estado de EEUU, que establece un marco de transición democrática con elecciones democráticas de acuerdo a la Constitución de Venezuela y observadores internacionales, y con una junta de transición o Consejo de gobierno, sin Maduro ni Guaidó. Sería la salida con menos coste social, económico y político para Venezuela. Los 13 puntos que propuso EEUU reconocen a los dos grupos de poder en Venezuela, tanto el chavismo (sin mayoría de la población, pero con el apoyo de la cúpula militar) y a la oposición con Juan Guaidó, que es reconocido como presidente por casi 60 países. Seguir en el camino de Maduro de querer mantener el poder a toda costa y reprimiendo al pueblo y en el camino de Guaidó, pensando que puede ejercer la función de un Gobierno interino a través de acciones internacionales sin efecto en Venezuela, provocará una profundización de la crisis y una mayor desintegración del Estado. Lo que viene en Venezuela es una gran presión, y si se no se da una solución antes de final de año, la crisis interna va a llevar a Venezuela a un estado fallido dominado por grupos que controlan las actividades ilícitas: narcotráfico de cocaína y contrabando del oro, coltan y gasolina.

A la escasez de alimentos se añadió desde hace dos meses la falta de combustible. ¿Por qué ha sucedido esto y qué efectos está teniendo?

La industria petrolera ya no es la locomotora de la economía venezolana desde hace tiempo y no contribuye a poder sacar al país de la crisis económica. En estos momentos no se refina en Venezuela, así que el régimen ha estado viviendo de la importación de gasolina gracias a la empresa rusa Rosneft. Cuando Rosneft salió de Venezuela a mediados de marzo para no ser sancionada por EE UU por las sanciones a la estatal petrolera de Venezuela Pdvsa en febrero de 2019 provoca, entre otras cosas, la escasez de gasolina. Al no producir gasolina el país ni tener la capacidad de importar, la escasez aumenta. Antes de la salida de Rosneft, Venezuela tenía 140.000 barriles al día, de los que el 30% iban a Caracas y el 70% al resto del país, algo que ni tan siquiera alcanzaba para todos porque una parte de ese combustible iba para el contrabando para Colombia. Esta situación es un drama para Venezuela porque la mayoría de la gente, que utiliza la moto como medio de transporte, no puede desplazarse y no puede ganarse la vida en un país donde el 80 de los trabajadores están dentro del empleo informal.

¿Qué efectos económicos deja la crisis del coronavirus?

Una de las consecuencias del coronavirus para Venezuela es que la llegada de remesas (que suponen entre 3.500 y 4.000 millones de dólares) ha caído un 40%. Alrededor de 5 millones de venezolanos viven en otros países, muchos de ellos envían dinero a sus familias a Venezuela, pero como la mayoría de ellos eran trabajadores del sector informal han dejado de enviar ese dinero, lo que agranda la crisis dentro del país. Además, el dólar paralelo se disparó y causó un aumento de los precios de los productos de primera necesidad. Eso está creando una implosión social porque mucha gente ya no puede comprar comida, y por eso está habiendo estos brotes de violencia no solo en Caracas sino en el interior del país.

¿Puede haber grietas desde el estamento militar que propicien la caída de Maduro?

Ellos [la cúpula militar] tienen muy bien amarrados la economía. Son unos 35 generales que manejan los negocios del Estado, siguiendo el modelo cubano. Ellos cuidan su parcela pese al malestar que existe dentro de los cuarteles por la falta de dinero y comida. La presión tiene que venir de los factores políticos cercanos a Maduro más que del sector militar. El Gran Polo Patriótico, que agrupa a los partidos alrededor del chavismo, debería hacer presión para remar en esta dirección. No creo que haya un golpe militar en Venezuela, pero si ante la debilidad de Maduro lo hubiera, lo primero que tendrían que hacer es montar una junta de transición para tener el reconocimiento internacional. Esta falta de apoyo internacional podría provocar otro nuevo golpe de otro sector militar, lo que hundiría más la institución. Lo que podría funcionar dentro de Venezuela es que esos partidos alrededor de Maduro le hagan ver que no tiene otra opción, que se sacrifique por el futuro del país.

¿Pero esos partidos creen en otra Venezuela?

No, ellos creen en la revolución, pero seguir en el camino actual va a llevar a Venezuela a una fractura total del mapa político porque no va a aguantar la presión social, la falta de alimentos y de gasolina. Esto podría hacer que el pueblo se levante, pero va a ser sofocado por elementos que manejan los negocios ilícitos de Venezuela, los del oro, el coltán, la droga, gasolina. Muchos de ellos tienen fuerzas paramilitares y están coaligados con las guerrillas del ELN y de las FARC de Colombia. Probablemente a esos grupos locales de control territorial y económico les va a tocar reprimir esas protestas y acabarán controlando el estallido social, lo que supondrá una ruptura institucional del Estado. Si eso se instaura, va a ser muy difícil desmontarlo porque habrá zonas donde el Estado no podrá actuar. La nación venezolana va a estar en peligro, vamos a tener formas de gobierno locales con warlords que empezarían a funcionar como sucedió con los talibanes en Afganistán, que han dominado sectores clave. Venezuela se podría talibanizar.

¿Cree que EEUU va a aumentar la presión diplomática contra Venezuela, tiene más recursos?

Un embargo naval podría ser un mecanismo de presión mayor hacia Maduro. Eso limitaría mucho la capacidad del régimen. Maduro se sostiene con el dinero que le ingresan algunas exportaciones de petróleo y las actividades ilícitas. Con eso él sostiene a los grupos colectivos, que en Venezuela son grupos paramilitares para reprimir el pueblo. Sin ese dinero, Maduro tendrá dificultades. Por eso, un bloqueo naval le impediría recibir el dinero que necesita para mantener esta estructura.

¿Cómo analiza la incursión marítima de mercenarios venezolanos y norteamericanos para desestabilizar al régimen chavista?

Hay tres fases que explican este escenario. La primera fase es septiembre/octubre de 2019. En ese momento no había una salida en Venezuela. Se venía del 30 de abril, con un intento de desalojar a Maduro que fracasó. Juan Guaidó dijo que estaban evaluando todas las opciones por encima y por debajo de la mesa. J.J. Rendón, asesor de estrategia de Guaidó, le da forma a esa solicitud y entra en contacto con varias firmas, una de ellas es Silvercorp, de Jordan Goudreau. En octubre ambos concretaron un contrato para dibujar opciones para que cese la usurpación de poder de Maduro, tal y como pide la comunidad internacional para poder hacer elecciones libres. En ese contrato había dos partes. Al contratista se le paga una cantidad, 50.000 dólares, y éste se compromete a conseguir los recursos necesarios para la operacion. Al no obtener los resultados esperados, Rendón empieza a sospechar de las capacidades y el contrato que sin ejecucion. Jordan Godreau subcontrata al general Clíver Alcalá, un general mayor retirado de Venezuela, que empieza a operar como jefe del encargo. Clíver tenía una cuenta pendiente con EEUU por narcotráfico y entró en la lista de acusados por la Fiscalía General de EEUU. Clíver, que se siente traicionado por las fuerzas de Guaidó, se entrega a las autoridades americanas y denuncia la operación militar señalando a Guaidó como responsable. Con la operación ya fracasada, el contratista comenzó a operar por sí mismo. La gente que había contratado, entusiasmada con el proyecto, decidió ir a Venezuela para intentar capturar a Maduro y cobrar la recompensa ofrecida por la Fiscalía de EEUU. Pero ellos [equipo de Godreau] tuvieron infiltrados chavistas todo el tiempo, se lo habían dicho. Aun así, Jordan Goudreau lanzó la operación a pesar de que era un fracaso cantado. Los esperaron en la costa, a algunos los detuvieron y a otros mataron. El régimen de Maduro usa ahora estos hechos para señalar que se trata de una operación de Estados Unidos aprobada por Juan Guaidó, pero no es así. El régimen de Maduro encuentra que puede sacar del juego a Guaidó pero en esencia no puede, porque tiene el reconocimiento internacional de 60 países de presidente encargado de Venezuela y los hechos de la supuesta incursión militar no lo señalan como autor intelectual.