Racismo
Trump, demandado por ordenar una carga policial para acudir a la iglesia
El presidente de EE UU posó con una ejemplar de una Biblia junto al templo de St Johns en la capital
La American Civil Liberties Union, ACLU, ha demandado al Gobierno de Donald Trump por su paseo del otro día, desde la Casa Blanca a la iglesia de S.t Johns, en Washington. En opinión de los abogados, veteranos en la lucha por los derechos civiles, el presidente propició la carga de los antidisturbios contra los manifestantes, que no habían recurrido en ningún momento a la violencia, con el único fin de teatralizar sus palabras y gestos.
Una vez que la policía limpió la avenida de ciudadanos el presidente, que acaba de terminar su discurso en los jardines del Despacho Oval, paseó hasta la iglesia, levantó un volumen de la Biblia frente a las cámaras, repitió en voz alta que se trataba de una Biblia, no fuera a nadie a dudar, y posó para los fotógrafos. «Somos el mejor país del mundo», dijo.
Minutos antes había amenazado con desplegar al ejército. «No podemos permitir que los gritos pidiendo justicia de los manifestantes pacíficos sean ahogados por una multitud enojada», exclamó, luego de reafirmar su nixoniana pretensión de ser el gobernante de la ley y el orden. «Las mayores víctimas de los disturbios», sostuvo, «son los ciudadanos amantes de la paz en nuestras comunidades más pobres. Y como su presidente, lucharé para mantenerlos a salvo. Lucharé para protegerlos».
Casi al mismo tiempo los agentes de los antidisturbios cargaron contra los manifestantes, pacíficamente congregados frente a la Casa Blanca. No muy lejos, concretamente situado tras las filas de policías, pudo verse al Fiscal General, William Barr.
Desde luego el proceder del presidente Trump no ha dejado indiferente a nadie. Nada menos que Richard Dawkins, biólogo y escritor de prestigio mundial, autor de clásicos como “El gen egoísta”, pedía recuperar las palabras de Bobby Kennedy del 4 de abril de 1968. Frente a un video de Kennedy, recomienda escuchar el «discurso improvisado de Robert Kennedy en la muerte de Martin Luther King. Reflexionen, con tristeza, sobre cuán diferente habría sido la respuesta a la muerte de George Floyd con un hombre tan decente en la Casa Blanca».
Respecto a la violencia de los disturbios, y a las consecuencias que pueda tener a medio y largo plazo, el profesor Glenn Loury, del Instituto Watson de la Universidad de Brown, ha escrito en en un medio tan poco sospechoso de extremista como la revista Quillette que «condenar los disturbios, que considero un imperativo moral y político, no es lo mismo que oponerse a las protestas. Muchos observadores han sido reacios a hacer lo primero porque desean evitar lo segundo. Yo sostengo que se trata de un grave error. Antes al contrario simpatizar con la serie de reformas que piden los manifestantes requiere condenar los nefastos actos de los saqueadores e incendiarios. Entre otras cosas porque esos disturbios juegan a favor de las fuerzas políticas que menos simpatizan con los intereses de las comunidades pobres de color. Recuerden mis palabras: si persiste, la violencia provocará una reacción violenta en contra y desalentará a las personas para que contemplen la situación de las minorías pobres con compasión y empatía».
Su pensamiento queda obviamente lejos de las apelaciones a la mano dura y la retórica de un Trump que esta misma semana justificaba su llamamiento al ejército porque «la acción de anarquistas profesionales, multitudes violentas, incendiarios, saqueadores, criminales, alborotadores, antifas y otros» lo obligan a intervenir. Todo esto mientras el país afronta su segunda semana de protestas en las calles, las más violentas y masivas desde los disturbios de 1992, cuando un jurado absolvió a los policías implicados en la brutal paliza a Rodney King.
En aquel entonces los altercados acabaron con 63 muertos, miles de heridos y 12.000 detenidos. Las imágenes y números de estos días están lejos de esas magnitudes. Trump, por su parte, invocó a George Floyd, que estará mirando hacia abajo y diciendo que esto es algo grandioso, para celebrar el fenomenal descenso del paro, un 13,3% menos que hace una semana. En cuanto a la demanda de la ACLUA, los abogados explican que alude al «Presidente y al Fiscal General de los Estados Unidos, que ordenaron el uso de la violencia contra los manifestantes pacíficos que se manifestaban contra la brutalidad policial discriminatoria dirigida contra los negros».
✕
Accede a tu cuenta para comentar