Rusia
Rusia inaugura la catedral del Ejército ruso sin mosaicos de Putin y Stalin
El nuevo templo conmemora las grandes gestas militares en los mil años de historia de este país, incluida la victoria sobre la Alemania nazi
Rusia inauguró hoy con todos los honores la Catedral del Ejército ruso, que conmemora las grandes gestas militares en los mil años de historia de este país, incluida la victoria sobre la Alemania nazi o la más reciente anexión de Crimea (2014). “La hemos construido para que dure 500 años”, comentó a Efe Yevgueni Grigorkin, subjefe del proyecto de construcción de la iglesia en las afueras de Moscú (Kubinka), escenario de cruentos combates en noviembre de 1941 entre tropas soviéticas y alemanas.
Diseñada al estilo bizantino, aunque con la vista puesta en 1945 -sus principales elementos son el metal, las vidrieras, los mosaicos y el granito de Karelia-, la iglesia castrense es el tercer templo ortodoxo más grande del mundo tras la catedral de Cristo Salvador de Moscú y la de San Isaak de San Petersburgo.
En ausencia de Putin
El acto, que incluyó la bendición del templo y una homilía, fue oficiado por el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusia, Kiril, y presidido por el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, en presencia de la plana mayor de las Fuerzas Armadas. Pero todos echaron en falta al presidente ruso, Vladímir Putin, un creyente confeso y que puso hace menos de dos años la primera piedra del templo.
Y es que a finales de abril se desató una gran polémica cuando la prensa publicó fotos de mosaicos bizantinos con la imagen de Putin y la de otros políticos rusos, incluido Shoigú, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y los presidentes de ambas cámaras del Parlamento, en las paredes del templo.
Según informó entonces el Kremlin, al que muchos acusan de fomentar el culto a la personalidad, Putin desaprobó finalmente dicho mosaico, aunque la Iglesia le había dado ya el visto bueno. “Putin consideró que su representación es prematura”, explicó el epíscopo Klinski Stefan a la prensa local.
También suscitó críticas el hecho de que en uno de los mosaicos apareciera entre la multitud durante la parada militar de la victoria del 24 de junio de 1945 un estandarte con la imagen de Iósif Stalin, dirigente soviético bajo cuyo mandato fueron represaliados numerosos religiosos.
La Iglesia decidió que, dado que la presencia de Stalin había causado una división en la sociedad, lo mejor era colocar dicho mosaico en un museo que se encuentra en los aledaños de la catedral. Por todo ello, tanto las obras de construcción, como la inauguración del templo han estado rodeadas por un gran secretismo y sin apenas presencia de prensa.
Desde la II Guerra Mundial a Crimea
La catedral simboliza con sus dimensiones la victoria en la Gran Guerra Patria, como es conocido en Rusia el episodio soviético de la Segunda Guerra Mundial. El campanario tiene 75 metros de altura y el diámetro de su principal cúpula -19,45 metros-, en alusión al año en el que concluyó la contienda (1945).
La participación del Ejército rojo en la guerra se prolongó durante 1.418 días y, precisamente, 14,18 metros es la altura de la cúpula más pequeña de la catedral, mientras en el iconostasio se pueden contar 48 iconos, los meses que duró la contienda.
El interior del templo incluye numerosos mosaicos que representan las principales victorias militares desde que el príncipe Vladímir adoptara el cristianismo ortodoxo como religión oficial hace más de mil años (988), sea contra los suecos, mongoles, polacos, turcos, franceses o alemanes.
Además, según explicó en su momento el propio Shoigú, la escalinata en la fachada principal del templo fue construida con el metal fundido de los tanques alemanes capturados como trofeos.
La gran cúpula labrada en nitruro de titanio y bañada en oro que corona el templo en su exterior tiene la forma del casco de Alenxandr Nevski, príncipe que forjó su fama en los campos de batalla siglos antes de la aparición del Estado ruso (siglo XIII).
También destaca el hecho de que, en contra la tradición ortodoxa -la iconografía-, el templo esté presidido en su interior por una gigantesca estatua dorada de la Virgen María, más propia del catolicismo. “La catedral debía tener algo especial. Además, en la antigüedad las iglesias ortodoxas sí tenían estatuas”, explicó Grigorkin.
Kiril, párroco de la catedral
Kiril, que dio las gracias a Putin por apoyar el proyecto, asumió hoy la responsabilidad de ejercer de párroco de la catedral. “Muchos soldados murieron por la patria y en nombre de la fe. Cuando caen los bombas no hay ateístas. Y es que Dios nos da esperanza en la inmortalidad”, proclamó.
En su momento, el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa, uno de los pilares sobre los que se sostiene la popularidad de Putin, bendijo la intervención militar rusa en Siria como una guerra “defensiva” y “justa”. El acto, que se prolongó por espacio de tres horas y destacó por la ausencia de mascarillas y distancia social entre los asistentes, concluyó con una pequeña parada militar y el tañido de las campanas.
En torno al templo se encuentra un museo llamado “El camino de la memoria”, que contiene información y fotografías sobre las más de 33 millones de personas que participaron en la guerra. La inauguración de ambos debía haber tenido lugar el pasado 9 de mayo con ocasión del 75 aniversario de la Victoria, pero fue aplazada debido a la pandemia del coronavirus, al igual que ocurrió con la tradicional parada militar en la plaza Roja que transcurrirá dentro de diez días sin apenas presencia de líderes occidentales.EFE
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